9. Castigo rojo

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Nota autora original: Bueno, más vale tarde que nunca, ¿verdad? Muchas gracias a todos los que revisaron y leyeron, favorecieron y alertaron. Estoy segura de que no necesito decirles lo feliz que me hacen estas cosas.

Ahora es el momento de un capítulo sobre todo de Blossom.

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Buttercup se despertó con la mano de Butch apoyada en su cabeza. Estaba confundida, pero simplemente la apartó, despertando a Butch en el proceso.

—Hmm, ¿qué pasa?—preguntó Butch ronco.

Buttercup se levantó lentamente. —Creo que Pete está aquí.

—Por fin—dijo Butch mientras se acercaba a la puerta.

Pete entró tarareando una canción y se topó de frente con Butch.

—¿Qué haces aquí?— preguntó Pete. —Y con BC. ¿Qué está pasando?

—Nos hemos quedado encerrados, Pete.— Explicó Buttercup, empujando sus camas improvisadas a su sitio.

—No fue a propósito, ¿verdad?— preguntó Pete con un brillo travieso en los ojos.

—¡Claro que no!—gritaron ambos adolescentes.

Butch esperaba que nadie en casa se diera cuenta de su regreso. En retrospectiva, debería haber abierto la puerta anoche.

Casa  Utonium

Buttercup llegó a casa casi a las seis de la mañana y se encontró con una familia muy enfadada.

—¿Dónde estabas?— preguntó su padre cuando se coló por la puerta.

—Hemos estado buscando toda la noche—añadió Blossom, claramente molesta. Tenía un teléfono en la mano, sin duda prestado por el vecino. Parecía que acababa de colgar con alguien.

—Estábamos tan preocupados—hizo un mohín Bubbles. Tenía los lápices fuera y estaba haciendo carteles de "niña perdida". Buttercup estaba bastante segura de que sólo lo hacían para las mascotas, pero no lo mencionó.

Nadie parecía haber dormido.

—Me quedé encerrada en el gimnasio de Pete. Supongo que me pasé en la ducha. Créeme, no es que quisiera pasar una noche allí.

—No puedes ser tan irresponsable. Tenemos que estar en la escuela en unas horas.—Se quejó Blossom.

—No es mi culpa. Lo siento, no soy la pequeña Srta. Perfecta, Blossom— gritó Buttercup.

—¡No tienes que ser perfecta para que te encierren en un gimnasio, Buttercup!—Blossom gritó de vuelta.

—Chicas.—interrumpió el profesor. —Por favor, no se peleen. Tengo que ir a trabajar ahora, así que prepárense para la escuela.

—Papá, ya no tienes que fingir.—Dijo Bubbles mientras el profesor recogía su maleta.

Blossom y Buttercup le lanzaron una mirada furiosa.

—Nosotras... ya sabemos lo que pasó con tu trabajo—terminó.

El profesor se hundió en la silla más cercana con la mano en la cabeza. ¿Desde cuándo sabían sus hijas que estaba sin trabajo? Las chicas lo rodearon y se sentaron. Era hora de que hablaran de su situación.

—Siento haberlas decepcionado, chicas. Esperaba encontrar otro trabajo antes de que tuvieran la oportunidad de preocuparse.

—Papá, nunca podrías decepcionarnos.—dijo Blossom, poniendo la mano en el hombro de su padre.

Como un drama coreano. |PPG&RRB|Where stories live. Discover now