-Tan listo como lo estaré siempre-, dijo Harry, encogiéndose de hombros. -Me imaginé que una vez que el primer baile esté fuera del camino, no será tan malo-. La profesora McGonagall le había prometido que los campeones sólo tenían que abrir el baile solos; una canción, y luego todos los demás estarían bailando y él no tenía que volver a pisar la pista de baile si lo odiaba. No creía que Susan le dejara salirse con la suya, pero era una bonita esperanza.

A Harry se le ocurrió una idea y se volvió hacia George. -¿Con quién vas a ir al baile?-, preguntó, dándose cuenta de que no tenía ni idea. Había visto a Fred preguntarle a Angelina, pero George había estado sorprendentemente callado al respecto.

La cara de George se puso casi tan roja como su pelo, y la de Fred se iluminó con una sonrisa. -Nuestro querido hermano está cruzando las líneas enemigas-, se burló. -Se va con ese tipo de Durmstrang, el que arbitró tu partido de quidditch-.

-¿Boris?- Comprobó Harry, tarareando pensativo. El chico de Durmstrang era muy guapo, y parecía tener suficiente sentido del humor como para seguirle el ritmo a George durante una noche. -Muy bueno, bien hecho-. George sonrió, aunque todavía estaba rosado.

-Pensé en aportar mi granito de arena a la cooperación internacional-.

-Oh, estoy seguro de que vas a cooperar mucho con él-, le espetó Fred, dándole un codazo a su hermano en el costado.

-¿Es cierto que te lo pidió Adrian Pucey?- interrumpió Neville, sin pestañear ante la noticia de que George se iba con otro chico. George resopló.

-Sí. Probablemente habría dicho que sí si no se lo hubiera pedido ya a Boris-, admitió. -Me sentí un poco mal por rechazarlo, en realidad-.

Harry abrió la boca para discutir instintivamente, y luego la volvió a cerrar; Pucey nunca había intentado realmente hacer una falta a nadie del equipo de Gryffindor cuando jugaban entre ellos, a diferencia de la mayoría del resto de su equipo. Incluso Draco. Desde luego, Harry no tenía margen para juzgarlo. Recordó lo que George dijo sobre que los Slytherin eran atractivos, y se preguntó si el Weasley tenía un tipo. -Creí que habías dicho que no te gustaban los guapos-, dijo irreflexivamente, y George sonrió.

-He dicho que no me gusta el mismo tipo de guapo que a ti. Adrian no es bonito, sólo tiene pómulos-.

Neville miró a Harry de forma un poco extraña ante eso, y el estómago de Harry se retorció. Realmente tenía que decírselo a Neville pronto.

Después de desayunar volvieron a subir a la torre de Gryffindor, donde los gemelos intentaron animar un poco a Ron con varios juegos de Snap explosivos. Eso no funcionó, pero el menor de los hermanos Weasley se animó cuando bajaron para la comida de Navidad. Las mesas gemían con el peso de toda la comida, las galletas navideñas explotaban por todo el salón, todos hablaban y reían y estaban emocionados por la noche que se avecinaba. Los echaron a todos de la sala en cuanto terminó la comida, para que los elfos domésticos pudieran volver a decorar para el baile, y Fred y George se las arreglaron para reunir a una multitud para una pelea de bolas de nieve en los terrenos.

Lo que empezó como Hogwarts VS las otras escuelas pronto se convirtió en una caótica batalla campal en la que se formaron y rompieron alianzas y se hicieron sacrificios. Hermione tenía la intención de limitarse a observar, pero eso se esfumó cuando una de las bolas de nieve de Viktor se desvió "accidentalmente" y la golpeó en el hombro. Harry se rió cuando un movimiento de la varita de Hermione hizo que toda una serie de bolas de nieve persiguieran al búlgaro.

-¡Harry, agáchate!- Siguió la instrucción instintivamente, levantando la vista justo a tiempo para ver cómo Blaise Zabini era golpeado de lleno en la cara con una bola de nieve. Harry no se había dado cuenta de que Blaise estaba ahí fuera con ellos. El chico de Slytherin frunció el ceño, buscando a su atacante: Cassius, escondido detrás de un banco de nieve que Cedric y Cho habían construido y del que luego habían salido corriendo.

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