HACKER [Min Yoongi]

27. Demente

dos semanas después
MYG

Mi clase había terminado, y ahora me dirija a la fila de la cafetería. No había podido desayunar hoy —sin mencionar que he estado comiendo muy poco— así que era más que obvio que tenía mucha hambre.

La comida de hoy no parecía nada apetecible a mi parecer, por lo que solo compré unas galletas a pesar de saber que eso no iba a llenarme y regresé con los chicos a la mesa.

—¿__________ no vendrá? —preguntó Jungkook insistente—

—Dijo que llegaría algo tarde. Fue a la biblioteca.

Ellos asintieron, y comenzaron a comer, mientras yo seguía con la mirada clavada en la puerta, esperando que mi novia por fin llegara.

—Me preocupa __________ —Jimin habló con comida en la boca—, In Ho no para de molestarla. Está demente.

Rápidamente giré hacia Jimin, escuchando atentamente lo que sea que dijera

—¿Q-qué?

—Ella dijo que ya había hablado contigo. El chico ese ha estado acosandola, ¿no recuerdas Hoseok? El venía detrás de ella ese día.

—Tienes razón —dijo Taehyung—, yo le dije que sentía que alguien nos seguía, pero dijo que no era nada.

—Ah, sobre eso —rasqué mi nuca—... si me contó.

Les mentí, nunca lo había hecho porque no he tenido motivos para hacerlo, pero supongo que hoy es diferente. No quiero que se involucren en nuestra relación, y tampoco quiero que se preocupen.

Ellos siguieron hablando al respecto, y yo ahora no podía sacar de mi cabeza aquello ¿hace cuánto ocurrió y por qué me enteré hasta ahora?

Suspiré, viendo a la chica acercarse a la mesa con varios libros en sus brazos. Caminé hacia ella y tomé los libros al igual que a su mochila, ella sonrió.

No faltaba mucho para que el almuerzo acabará, así que le di las galletas que sobraban a mi novia junto a la botella de agua que había comprado y aún no abría.

Ella sonrió y se recargó en mi hombro, aunque a los segundos se separó y giró detrás de nosotros.

—¿Qué pasa?

—No es nada Yoongi —sonrió—.

No devolví la sonrisa, ya que al girar pude encontrar fácilmente a In Ho viéndola fijamente. Jimin tiene razón, está demente.

Me levanté de ahí, poniendo excusas para alejarme. Me despedí de todos y caminé al baño, dónde mojé mi rostro para relajarme un poco. Recargué mi espalda en la pared frente al espejo revolviendo mi cabello. ¿Cómo es posible que casi todos lo sepan menos yo? ¿fuí el único imbécil?

El sonido del timbre me sacó de mi burbuja. Salí del baño y caminé hacia el salón, encontrándome con __________ parada frente a la puerta de este, y al verme se acercó a mi.

—¿Estás bien?

Asentí y le dí un corto beso en los labios. Ella sonrió y se alejó lentamente de mi, caminando hacia su salón supongo.

Al sentarme en mi banco, sentí un fuerte dolor en mi estómago, pero desapareció a los instantes, así que no me preocupé.

El profesor llegó rápidamente al salón, y aunque esa materia no fuera un problema para mí, no lograba concentrarme. Mi cabeza dolía, tal vez era un pequeño dolor, pero hizo que perdiera la concentración en absolutamente todo.

...

Al salir de clases, caminé sin rumbo alguno, y al intentar regresar, me quedé parado a un lado del edificio donde vivía mi novia.

¿Qué se supone que haga frente a la casa de la chica que a pesar de pedirle que confiara en mi, no lo hace? Probablemente este asunto existe desde antes de que llegara, y recién me entero.

Saqué mi teléfono, viendo como el reloj marcaba las 8:57 pm, así que supuse que seguiría despierta.

Subí los pisos con dificultad, ya que el dolor en mi estómago había aumentado desde hace unas horas, y no quería tomar alguna medicina.

Toqué el timbre, viendo cómo salía completamente despeinada junto a una playera mía. Sonreí.

—Tenemos que hablar.

—¿Uh? —estaba confundida— Bien, pasa.

Ese era mi motivo inicial, hablar con ella, pero todo eso se fue al demonio cuando terminé cayendo de rodillas frente a ella.

—¡Por Dios Yoongi! —se puso de rodillas al igual que yo— Estás ardiendo y sudando demasiado, deberíamos ir al hospital.

—Estoy bien, tenemos que hablar.

—No, claro que no estás bien. Llamaré a alguien de los chicos.

No entendí sus últimas palabras, ya que mis párpados pesaban, y mis ojos comenzaron a cerrarse lentamente.

—¿Me estás escuchando? ¿Yoongi?

Probablemente fue ahí cuando perdí el conocimiento y me desmayé.