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Sabía que le debía una respuesta a Mina, una explicación que realmente la convenciera, porque ya había esperado demasiado.


***

Pensativo. Así podría ver a Deku, sentado sobre el suelo justo delante de ella mientras observaba la nota que la desconocida le entregó. Le había escrito un mensaje momentos antes de terminar el descanso y regresar de la cafetería con las chicas al aula, pidiéndole que fuera al lugar donde entrenaban para platicar de una inquietud muy grande que tenía desde Navidad. Tal vez, la preocupación también se instalaba en su interior aunque quisiera mostrarse tranquilo ante ella, pero (Nombre) había estudiado sus expresiones y lograba intuirlo con solo verlo de reojo, fingiendo que rompía algunas ramitas que encontró en el suelo esperando un comentario al respecto.

No quería preocuparlo demasiado, que aquello lo considerara como un aviso o una simple broma o confusión como ella deseaba hacerlo, pero sabía que eso sería difícil. Nadie podría entregar una nota de forma tan misteriosa y extraña como lo hizo la chica de la capucha negra en el centro comercial.

—Quisiera creer que es una broma...

(Nombre) murmuró su deseo, pero, a su vez, una voz diferente a la de Izuku, perfectamente reconocible a la distancia gracias a sus estruendosos gritos, se oyó—: He visto ese sobre antes...

La presencia de Bakugo no era esperada, no porque no quisiera que estuviera ahí, sino porque no era común verlo por ahí. Provocó un respingo en ambos y en Izuku un pequeño hipido asustado. Lo observaron salir de los arbustos que obstruían el camino de regreso a la academia y la residencia, como si recién llegara con ellos y hubiera observado el sobre de reojo para decir al aire su comentario. No obstante, quien logró ver el gesto serio de Bakugo fue (Nombre). Conocía los gestos de Bakugo, aquellos que mostraba cuando perdía una práctica, era reprendido por Aizawa o simplemente se mostraba como una persona peleada con la vida, aunque ese era normal en él...; pero el que veía ahora era diferente. La opacidad de sus iris lograba confundirse con los puntos de sus pupilas, su ceño, a pesar de ser cubierto por las hebras de su cabello, no estaba fruncido a profundidad, pero, de alguna forma, lo hacía ver más serio o molesto con algo..., o con alguien.

—En el centro comercial —añadió segundos después, dirigiéndose exclusivamente a (Nombre) solo para recordarle que, a pesar de haber ocultado ese sobre entre sus compras, él logró verlo.

Quizá, había sido demasiada obvia ocultándolo torpemente y titubear a la hora de hablar con él en el centro comercial. Le sorprendía lo bien que respetaba la privacidad de los demás y tal vez, viendo que ahora Izuku podía verlo, consideró que podía decir aquello sin problema alguno. Pero ¿por qué estaba serio al mencionar aquel sobre? No había estado previamente para escuchar su contenido, aunque ni siquiera ella se molestó en explicarle a Midoriya qué tenía escrita la nota y solo lo dejó leerla.

—¡Kacchan! —gritó Deku incrédulo por verlo ahí una vez más, pues en esa ocasión no parecía estar corriendo como lo hacía por las tardes, era como si él solo hubiera ido... ¿a verles? No estaba seguro— Tu... ¿tu ya has leído su contenido? —preguntó analizando un poco más la situación. Mencionó que lo vio en el centro comercial, y recuerda haber visto llegar a sus dos amigos juntos después de ir ahí, lo que podría decirle que la chica lobo había hablado con él sobre el tema, y solo quería confirmarlo.

—No —Bakugo respondió tajante, escupiendo aquella palabra solo para terminar de acercarse a ellos y observarlos desde su altura, con las manos dentro de los bolsillos del pantalón deportivo de la academia—. Solo cuando orejas trató de ocultarlo —aclaró. Diciéndolo como un reproche que no quería admitir que era.

Diario perdido  •Katsuki Bakugō•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora