꒰୨ O18 ୧꒱

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— Claro que es cierto, me lo contó tu mamá. — finalmente dejó un sonoro beso en la frente del azabache y otro en la reconcha mejilla de su princesa. — ¿Están listos? Ya tenemos que irnos.

— ¿Para mí no hay besos?

— Ya tuviste demasiados, Jeon.

Lia carraspeó incómoda cuando cierta pelinegra le jaló una de sus colitas

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Lia carraspeó incómoda cuando cierta pelinegra le jaló una de sus colitas. Chaeryeong estaba sumamente entretenida con el largo y sedoso cabello de su prima favorita.

— Soobin, ¿Puedes ayudarme con tu hermana?

Y Soobin no podía cuidar a la adorable niña, estaba a punto de ganarle a Beomgyu en una batalla de miradas. De un momento a otro, el alfa sopló directo a los ojos del mayor y los mismos terminaron cerrándose.

— ¡Eso es trampa! ¡Tramposo! ¡Por eso nunca juego contigo, Jung Beomgyu! — bufó el azabache con molestia palpable, Beomgyu se burló, Lia suspiró y Chaeryeong sonrió como siempre lo hacía. ¿Cómo es que las mejillas no le dolían?

— No te enojes, Binnie, ahora tú puedes hacer trampa. Dejaré que ganes.

— Ya no quiero jugar, vamos con papá, Chaeryeong-ah...

Los tres niños se quedaron asombrados cuando la nombrada se despegó del lado de Lia y caminó por sí sola hasta su hermano. Los ojos de Soobin parecieron aguarse y abrazó con fuerza a la pelinegra que lo miraba desde abajo.

— Lo sabía, tantos días entrenando sirvieron de algo.

La primera lágrima escapó del ojito del omega y ya no se detuvieron. Lia también estaba sonriendo como si fuera la orgullosa mamá de la cachorrita que acababa de dar sus primeros pasos.

— ¿Deberíamos enseñarle a los papás?

— ¡No! Mi papi tiene a mis hermanitas en la barriga, papá me ha dicho que si se sorprende mucho puede enfermarse. — porqué desde que JiMin supo que estaba nuevamente embarazado, HoSeok se encargó de hablar con su hija de todo lo que implicaba que su familia se agrandara.

Mientras los hermanos Jeon seguían abrazados y uno de ellos lloraba casi desconsoladamente, Beomgyu suspiró con tristeza.

— Todos ustedes tienen hermanas menos yo. — cruzó sus bracitos sobre su pecho. Tanto NamJoon como SeokJin le habían hablado de que, quizás, no tendría hermanos o hermanas debido al peligro en el que estuvo el omega al momento del alumbramiento del niño de rechonchas mejillas. Larga y triste historia.

— No te pongas triste, Beomgyu... — habló un moquiento Soobin mientras sostenía a su hermanita con una mano y, con la otra, limpiaba desesperadamente sus lágrimas. — Ser el hermano mayor no es tan fácil como lo hago parecer.

— Yo seré una mejor hermana mayor.

— Tú las vas a hacer llorar, Lia. Ahora, vamos con nuestros papis, Chaeryeong.

Así que los cuatro pequeños individuos emprendieron su camino, irían desde el jardín trasero hasta la sala de estar de la casa de Joohyun y SeulGi, donde se llevaba a cabo la pequeña fiesta para celebrar el cumpleaños de Taehyung.
El alfa y la pequeña omega iban corriendo, a diferencia de los hermanos Jeon, ya que Chaeryeong daba tiernos pasitos y su hermano la apoyaba desde la espalda.

— ¡Papá! — Lia corrió a los brazos de HoSeok, quien la recibió gustoso y con muchos besitos por todo el rostro; JiMin estaba en la mesa de postres.

— ¿Y mis hijos, Lia?

— Soobin se quedó ayudando a Chaeryeong, tío. — respondió Lia abrazado a su papá.

— Le pregunté a Li- Espera, ¡¿Ayudando?! ¿Qué le pasó a mi bebé?

— Tranquilo, Tete, no te alte... — las palabras de Jungkook quedaron en el aire cuando Taehyung ya estaba corriendo en dirección al jardín, detrás de él fue su alfa y, por supuesto, toda la familia. Joohyun y SeulGi estaban igual o un poquito más preocupadas.

— Amor, si mi bebé se hubiera caído, o demás, Binnie habría venido llorando, ya sabes cómo es.

El omega parecía no haber escuchado las palabras de Jungkook, su temor era más grande. — ¡Soobin! ¿Sucedió algo malo? ¿Chaeryeong está...?

Los adultos se quedaron sin palabras en el momento que la cachorrita corrió alegre y por su cuenta hasta sus padres; Taehyung comenzó a llorar de puro orgullo y Jungkook sonrió en grande, llamando a su primogénito para agradecerle y llevar a cabo ese adorable abrazo familiar que conmovió a todos los presentes, a todos excepto a cierta omega de diez años y a un alfa de once que los miraban como si nada desde un costado.

autor(a) original: olliev_me© 2021

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