quien puede parecer el más apático de los omegas está esperando un cachorro y se convierte en una adorable masita al hablar del bebé que crece en su vientre.
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El embarazo de Taehyung no se notaba mucho y menos por la ropa holgada que acostumbraba a usar diariamente.
Aún así, le era pesado, los escasos diez kilos que había aumentado le parecían treinta. Sus pies se hinchaban, su espalda dolía, siempre tenía sueño, y las náuseas junto al vómito no era algo raro. Y Jungkook lo sabía, porque aunque el omega no se quejará, su lazo lo delataba por completo.
— ¿Iremos con tus madres? — Jungkook había regresado temprano de su trabajo, así que ambos se encontraban recostados en la cama; Taehyung con los ojos cerrados y el alfa besando su pancita.
— No, Joohyun va a comenzar a planear cosas por las que no me quiero preocupar aún.
El rubio bostezó y sólo ese gesto hizo soltar a Jungkook una risita risueña.
— ¿Estás muy cansado, amor? — el pelinegro continuaba besando y acariciando el vientre de Taehyung.
— Sí, mucho. Hoy camine demasiado. — comenzó a acariciar el cabello de su amado. — ¿Quieres que te diga por qué?
— Bueno... le preguntaba a mi cachorro. — Jungkook rió fuertemente. El omega dejó de acariciar su cabello como sutil venganza. — Pero ya que insistes, cuéntame, bonito.
Taehyung suspiró derrotado porque en realidad no podía resistirse.
— Bueno, fui a ver algunas cunas, decoraciones y demás para el cuarto del bebé. — el alfa sonrió. — Y también a hacer la cita con la ginecóloga para saber el sexo del cachorro.
— Oh, entonces caminaste mucho. — Tae asintió con un pucherito en sus labios. — ¿Quieres un masaje? — y no se lo dijo dos veces, pues Taehyung estiró su pierna en dirección a Jungkook, quien ya estaba sentado sobre la cama.
Tomo la delgada y morena extremidad, comenzando con el masaje.
— Yo sí quería ir con tus madres. — el omega suspiró, disfrutando de la sensación en sus pies y pantorrillas que tanto exigían atención.
— ¿Para qué? — Jungkook sonrió, la expresión de Taehyung reflejaba el placer que le daba el recibir ese masaje.
— Bueno, SeulGi me iba a enseñar algunas cosas, ya sabes, de su colección. — Pasó de masajear los pies de su chico a acariciar sus muslos y la parte interna de estos, que estaban descubiertos debido al pequeño short que vestía. También le fue sencillo subir un poco la prenda y acariciar toda la piel que le fuera posible.
El rubio atinó a sonrojarse levemente por el toque de las manos de su hombre.
— Deberías i-ir tú, alfa... — y debido al aroma más dulzón de Taehyung, el gemidito que escapó de su boca y sus mejillas sonrojadas, Jungkook volvió a reír, provocando que el rubio volviera en sí, controlará a su emocionado lobito y que enseguida pateara a quien lo entusiasmó y despues reventó la burbuja en la que había comenzado a flotar.
— Ah, lo siento. — Jungkook seguía riendo dulcemente, ocasionando que el omega se sonrojara aún más fuerte.
— Hazte a un lado, iré al baño.
Entonces, el alfa no pudo evitar seguir con la mirada el movimiento de caderas de su omega. ㅤ
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