- ¿Por qué? -Pregunto calmado, acariciando el borde del vaso con su dedo dando vueltas lentas siguiendo la línea. -A tu edad ya yo estaba comprometido, Tetsuhiro. Eres mi primogénito y único hijo, por ende, quiero descendencia y que nuestro apellido continúe para preservar el legado -Sus ojos parecían penetrar mi cabeza y leer mis pensamientos. Me sentí inseguro ante tal mirada intensa y solo bajé un poco la mía.

-Lo sé, padre, pero con ella no será -Volví verlo. Seguirle la corriente sería lo mejor para no oírle más. -Me gusta otra mujer, padre. Aún no puedo presentarla ante ustedes, pero ella es hermosa e inteligente -La imagen de Souichi se me vino a la cabeza, si ese hombre supiese sobre esta conversación y que le estoy contando a mi padre sobre él en versión femenina, se enojaría. -Es rubia, como Kanako, pero tiene dos soles en vez de ojos... Usa gafas que afinan su bello rostro, debo admitir que tiene un carácter fuerte, pero conmigo es otra. Verla es sublime, aprender de ella me crea satisfacción y es la mujer de mi vida.

Fantasioso, me sumergí en un pequeño mundo donde él y yo caminábamos juntos sin miedos o tabúes. Mi burbuja mental fue reventada en el momento que acabe de hablar.

- ¿Y? Yo quiero para ti a Kanako, a menos que esa mujer de la que hablas tenga algo mejor que ofrecer, y si no, quiero que te comprometas con Kanako, claro, primero debes enamorarla -Dio otro sorbo a su trago y yo quise morir. -Las mujeres son fáciles de enamorar, están hechas para eso y todas esperan un gran varón para llenarlas de hijos. Quiero que hagas eso, enamórala y comprométete con ella. Piensa en lo bien que le irá a mi negocio combinado con el de su padre, hijo.

Quise negarme, pero tres mujeres hicieron acto de presencia. Todas llevaban una bandeja de comida y la dejaban sobre la mesa. Margaret colocó cubiertos, mi madre los vasos y Kanako servilletas. Todo eso sacado del mueble de madera colocado en medio de dos mesas del mismo material.

Mi padre se levantó y camino hasta mi padre para darle un beso en los labios, me miró y pude deducir lo que me decía

"Hazlo"

Yo me tome unos segundos más antes de levantarme, ir hacia Kanako a paso lento y con culpabilidad, besar su cabeza. Ella me miró con sonriente, aunque pude percibir confusión por tan repentina muestra de cariño.

Y yo, la mire con una pequeña sonrisa. Apenas nos reencontrábamos y ya papá quería que me la llevara a la cama.

Quería huir de ahí.

La cena transcurrió con normalidad, no faltaron los comentarios doble sentidos dirigidos a mí con respecto a mi futuro. Papá le pregunto a Kanako que opinaba de la familia y la mujer contestó que es importante y algún día deseaba tener una. Él solo me miró queriendo decirme "Aprovecha".

A la hora de marcharse, bese su frente siendo presionado por la mirada de mi progenitor apuñalando mi espalda. Kanako me sonrió tímida y se marchó.

Aproveché que mi madre quiso hablarle a papá y me escabullí a mi cuarto. Me encerré y al estar en mi espacio, respiré hondo y exhalé. Camine a la cama pasando una mano por mi cabello frustradamente.

No soportaba a mi padre.

Sus ganas de enredarme con una mujer me fatigaban, no podía entender que yo no quería eso ahora, no lo entendió ni con aquella indirecta de mi supuesto amor hacia otra dama. Me molestaba.

Decidí dejar de pensar en eso o tendría una pesadilla.

Duchado, cambiado y con sueño, me metí a la cama. En la oscuridad de mi habitación y con la mirada en mi ventana situada a un lado de la cama, observé la luna.

Quería ver a Souichi.

Deseaba verlo con mi alma y saber que no estaba enfadado conmigo. No había razón para enfados, pero por alguna razón sentía que él se había ido molesto.

R E B O R N • Koisuru BoukunOnde histórias criam vida. Descubra agora