Capítulo 13

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Clarke pov:

Lexa y yo hablamos por lo que parecen horas. En verdad la extrañaba, en especial su amistad. Al parecer la arpía de Costia finalmente se reveló tal como era y Lexa la dejó. Parecía muy devastada por lo sucedido, por lo que me tocó a mí esta vez consolarla a ella. Con el pasar de los minutos, nos vamos acercando, sentándonos más juntas cada vez.

-Oh, tengo algo para ti.- Abre su abrigo, sacando un libro.

-¡Oh por dios! ¡Creí que jamás lo volvería a ver!- Le arrebato el libro, admirándolo sin creerlo. Ríe mientras observa cómo reviso el libro. Está intacto.- Gracias. Creí que lo había perdido.

-De hecho lo olvidaste en Polis. Me lo quedé desde entonces. Pero es tuyo, prin...Klark.- Se corrige a lo último, agachando la cabeza.

-Hey, puedes llamarme princesa si quieres.- Me sonríe, contenta de que hayamos arreglado las cosas.- ¿Quieres leer? No es que tengamos algo mejor que hacer.- Asiente y abro el libro en donde lo ha dejado.

La criatura intenta convencer a la pequeña princesa de que vuelva, mas sus intentos son en vano. Finalmente, la princesa se acurruca junto a ella, cayendo ambas dormidas en un profundo sueño. Los sueños del animal esta vez están plagados del color azul. Toda una nueva gama de colores, siempre derivando a los brillantes ojos de cierta princesa que ha conocido.

A la mañana siguiente, tal y como el animalito lo predijo, una bruja irrumpió en el hogar de la pequeña. La criatura asustada, se escondió tras ella. La princesa se mantuvo seria y firme, intentando ser valiente por ambas. La bruja solo rió macabramente ante la escena.

-Mapache cobarde, en eso te has convertido. Y ahora tu.- Señala a la niña, quien tiembla.- Compartirás el mismo destino que tu amiguita.

Un halo de luz atravesó la habitación, dándole de lleno a la princesa. La bruja se retiró, orgullosa de cometer una nueva atrocidad y arruinar la vida de alguien más. El mapache preocupado se acerca a la figura debajo de las ropas de la niña. Estas se desgarran, revelando unas patas con largas y afiladas garras. El animal se abre paso entre la tela, revelando una criatura jamás vista antes por el pequeño mapache.

La princesa camina hacia un pequeño espejo, sorprendiéndose al ver un león en vez de ella en su lugar.- Tranquila, princesa. Te acostumbras con el tiempo.- Dice tristemente el mapache.

La leona sonríe, o bueno como un león lo haría.- Supongo que si. Vamos.- Ambos salieron de la pequeña cabaña, internándose en el profundo bosque. Asustadas, pero sabiendo que podrían con lo que sea si la otra estaba a su lado.

-Esa si es una gran amistad.- Comento divertida, pasando mi mano por la página del libro.

-Me pregunto a quien me recuerda.- Dice Lexa, mirándome fijamente.

El momento es interrumpido por los fuertes golpes en la puerta de metal.- Nos encontró.- Digo aterrada.

-No te preocupes, Klark. La muerte no es el final.

-¡No vamos a morir hoy! ¡Ven aquí!- Nos movemos hacia la puerta, pegándonos a la pared donde está esta.

Quito la traba, dejando que pauna entre violentamente a la habitación. Hago que Lexa pase primero por la puerta, siguiéndole yo. Cierro la puerta, antes de que el animal se abalance sobre nosotras. Trabo la puerta, escuchando como la bestia golpea el metal, intentando librarse. Lexa y yo nos vamos, antes de que ceda y sea liberada.

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Lexa pov:

Débil por ti - ClexaWhere stories live. Discover now