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● 𝐑𝐞𝐚𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐦𝐚𝐲𝐨𝐫𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐬𝐚𝐜𝐚𝐝𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐓𝐮𝐦𝐛𝐥𝐫, 𝐜𝐫𝐞́𝐝𝐢𝐭𝐨𝐬 𝐚 𝐬𝐮𝐬 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐞𝐜𝐭𝐢𝐯𝐨𝐬 𝐚𝐮𝐭𝐨𝐫𝐞𝐬...
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Era domingo por la mañana y Jin te estaba preparando sus tortitas de desayuno. Estabas abrazando una taza de café caliente mientras lo veías voltear los panqueques. Le gustaba hacer un gran desayuno los fines de semana porque solía trabajar durante la semana. No sabías dónde ni qué, pero estabas segura de que tampoco querías saberlo. Pero te diste cuenta de lo sola que te sentías cuando él se iba. Quedarte sola en el apartamento resultó ser incluso peor que pasar tiempo con él. A menudo te encontrabas mirando el reloj, esperando a que regresara, aunque llegaba en el momento más aleatorio.
"Ahí tienes", dijo Jin y colocó un adorable plato de frutas y panqueques frente a ti, "Para mi princesa", sonrió y se preparó un plato también.
Lo miraste distraídamente, casi reviviendo un momento que tuviste en ese momento y allí hace solo un rato. Casi se sintió como si nunca hubiera sucedido, como si fuera solo una pesadilla desagradable que poco a poco empezabas a olvidar.
"¿Princesa?" preguntó Jin y te despertó de tus pensamientos. Él tomó tu mano pero tú no la apartaste. Tu mano se quedó en la suya, lo que es más, la apretaste con fuerza, asegurándote de no estar soñando. Por mucho que odiaras admitirlo, la vida que tenías con Jin era mejor de lo que podrías imaginar. Y no era solo soledad lo que sentías cada vez que se iba al trabajo, realmente lo extrañaste.
Jin vio como entrelazabas tus dedos con los de él, tu mano temblaba como una hoja.
"¿Qué es?" preguntó de nuevo, esta vez ahuecando su mejilla para que lo mirara a los ojos.
Tus ojos se llenaron de lágrimas y tu barbilla tembló.
"¿Princesa?" preguntó Jin casi desesperado.
"Yo ..." comenzaste, "yo ... creo que ... creo que me ... me gustas", tartamudeaste tan silenciosamente que ni siquiera podía considerarse un susurro. Pero en el momento en que pronunciaste esas palabras y miraste hacia abajo, tus lágrimas se derramaron por tus mejillas.
"¿Qué?" respiró Jin, sin creer que te escuchó bien. "¿Qué dijiste, princesa?"
"N-Nada", dijiste rápidamente y saltaste de la mesa. Intentaste irte, pero Jin te agarró la muñeca de inmediato. Te giraste, tus labios chocando contra los de él. Como un instinto, te alejaste, con los ojos muy abiertos y la boca entreabierta en estado de shock. Jin te miró fijamente, con las manos en tu cintura.
