Capítulo cuatro: «El final de la bruja malvada»

177 25 17
                                    

— Los pequeños ya están durmiendo. Quedaron agotados después de hacerles probar tanta ropa.

— Creo que te excediste.

— ¡Pero si tú también me decías que les pusiera los siguiente conjuntos!

— Bueno pero no te quejes. Gracias a eso ahora tienes una colección de fotografías.

— ¡Y son hermosas! La ropa que elegiste es maravillosa. No imaginé que la persona que dice que no sabe sobre niños supiera vestirlos tan bien. Incluso el calzado y los conjuntos les iban a la perfección.

— Mucha de la ropa que elegí era similar a la que mi mamá me hacía vestir cuando era pequeño. Creí que te gustaría vestirlos "adorablemente" y recordé que cuando mi madre me ponía esas ropas, todas sus amigas gritaban cosas como "Kyaa! Que adorable."

— ¿Cómo gritaban?

— ¡Kyaa! — y me eche a reír. El se dió cuenta de que estaba molestandolo y frunció el ceño. — Oye. No me molestes.

— Fue realmente divertido tu "¡Kyaa!"

— Tonta. — se cruzo de brazos. — ¿Entonces que tengo que hacer?

— Supongo que no se despertarán hasta mañana. Así que puedes relajarte.

— Aunque debería estar pasando tiempo con Elizabeth III. Tengo que quedarme aquí, solo y aburrido.

— No estas solo. Están los pequeños. Y no estarás aburrido. Prepare el vino que te gusta. — sus ojos brillaron con sorpresa.

— ¿De verdad?

— Si. Está enfriándose. Puedes beberlo todo si quieres. Pero usa algún hechizo para no ponerte tan ebrio. Todavía eres un guardián.

— Bien. Gracias. — sonrió complacido.

— Entonces yo me voy retirando. Nos vemos en un rato. — Jumin me detuvo, sujetando mi muñeca y me observo fijamente.

— Ten cuidado. No dejes que descubran tu identidad y a la mínima cosa que suceda no dudes en llamarme.

— Lo prometo. Lo mismo aquí.

— Estamos seguros aquí. Además de tu barrera coloque la mía propia. De noche el bosque se vuelve peligroso.

— Gracias por preocuparte por mi y los niños. — sonreí y acaricie su mejilla con cariño. — Bueno, te veo en un rato. ¡No te pongas tan ebrio!— escuché su risa divertida y yo salí de la casa.
Una vez afuera de las barreras, me coloque la capucha de la capa y me transporte a es asqueroso lugar.

Al llegar alli, escuché risas desde adentro.
Espíe por la mirilla de la puerta, y sonreí.

Ah~ Supongo que esa mujer era una perra con todas las letras.

Sus pequeños estaban desaparecidos, y ¿Que estaba haciendo ella? Casi desnuda con cinco hombres bebiendo lo que sea que estaban bebiendo. Incluso había un suave humo y el olor llegaba hasta donde yo estaba.

Era opio. Era una droga completamente ilegal.

Por supuesto, imaginé que a ella no le iban a importar los pequeños.

Pero mi imaginación no dió para tanto para esperar una escena así.

Sentí la furia brillando en mi interior. Y en un abrir y cerrar de ojos, los tipos que estaban con ella cayeron desvanecidos.

No los iba a matar, pero si dormir. Mi presa era ella. Era mejor no tener ningún testigo.

Así que al ver su rostro entrando en pánico, abrí la puerta lentamente.

Mis gemelos» (SevenxSaeranxMc) Mystic Messenger. Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon