Capítulo tres: «Música»

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— Así que esos son los pequeños que salvaste.

— Si. ¿No son bonitos? — Los observé a través del gran ventanal que tenía en la cocina, que daba para el jardín, dónde los pequeños habían decidido quedarse acostados en el suelo observando las nubes y jugando a "Adivina la forma".

— Es la segunda vez que me dices eso. No sé que contestar, nunca estuve cerca de niños.  Bueno, solo tu. Pero ya tenías dieciséis años.

— ¿Pero no fuiste un niño?

— Si. Pero mi vida fue diferente a la de cualquier niño. Y fue hace tanto tiempo que comienzo a olvidarlo.

— ¿Hace cuanto tiempo estás en la tierra?

— Doscientos años. Hace doscientos años soy el guardián de la magia en este mundo.

— Vaya. Eso es mucho tiempo. Mis 74 años quedan pequeños a tu lado.

— Pero aún te ves tan preciosa como el día en que nos conocimos.

— Y tu te ves tan guapo como siempre.

— Por supuesto. Es parte de mis genes. — Asíntío orgulloso. — ¿Y bien? ¿Cuál es el plan ahora?— señaló con su rostro a los pequeños. Luego, hizo un movimiento con su mano, y un pequeño tronco que estaba cerca de ellos comenzó a moverse solo, con unos pequeños piecitos que le habían salido, y se movió hasta el lado de ellos, que lo observaron entre sorprendidos y asustados y del pequeño tronco comenzó a salir una alegre música mientras esté bailaba tontamente a la par del sonido que salía de él.
Sonreí al ver sus rostros sorprendidos y emocionados y luego comenzaron a mover sus rizos rojos al ritmo de la música, aplaudiendose entre ellos y bailando al rededor del tronco mágico.
En el rostro de Jumin se dibujo una leve sonrisa.

— ¿Seguro que no sabes tratar con niños? — solté una risita. A pesar de su gran porte serio, era realmente una persona amable.

— De pequeño también me gustaba la música.

— Si. Esa una bonita canción*. También me recuerda a cuando era más joven.  — asentí. — Respondiendo a tu duda... Me quedaré con ellos.

— ¿No es peligroso? Su madre podría venir a buscarlos.

— Justamente de eso quería hablarte. — baje mi tono y lo observé fijamente. — ¿Está bien si me deshago de ella? Tu mejor que nadie sabes cómo son estas cosas. Tarde o temprano ella los encontrara. Y en caso de que ellos consigan un lugar en la sociedad, ella definitivamente se querrá aprovechar de ellos.

— Si. Lo sé. — suspiro. — Moralmente, está mal. Se supone que la magia no debe usarse para cosas como esas. Recuerda que todo lo que hagas te volverá triplicado*, ya sea bueno, o malo.  Pero la magia es justa. Y creo que eso es definitivamente justo. Arruinó la vida de los pequeños. Para la diosa, el tocar a un niño es casi una blasfemia contra ella, según los textos antiguos. Y hay varios otros textos que mencionan que ella misma se encargo de asesinar a quienes habían abusado, violado y aprovechadose de almas inocentes.

— ¿Hay alguna forma de saber si ellos... Si ellos fueron abusados? Ya sea por ella, o por alguna de sus parejas... Sabes a lo que me refiero. — me estremecí.

— No lo hay. Solo lo podremos saber si ellos algún día te lo confiesan. Pero... Estoy un 90% seguro de que no fue el caso. Viste la mayoría de sus recuerdos, puedes estar tranquila.

— Eso es un gran alivio.

— Entonces, ¿Quieres que te ayude a deshacerte de ella? — sus ojos se oscurecieron y su sonrisa se volvió aquella sonrisa que solo había visto pocas veces, su sonrisa de desquiciado la llamaba yo.

Mis gemelos» (SevenxSaeranxMc) Mystic Messenger. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora