Entonces no me acosaba desde que llegué aquí, sino que lo hacía desde mucho antes. Era increíble ¿Enserio? ¿Por qué nunca me había dado cuenta? ¿Por qué nunca noté nada extraño? Tuve a un acosador siguiéndome el rastro por meses y nunca me había dado cuenta ¿Cómo había sido tan tonta?

—¿En dónde estamos? —pregunté asustada.

—Seguimos en Carolina del Norte solo que en una zona muy alejada de todo el que se atreva a molestarnos, no me atreví a llevarte a ningún otro lado, desde siempre amaste vivir aquí —sonrió, como si lo que me estaba diciendo fuera lo más normal del mundo.

—¿Dónde me conociste?

—En una tienda de helados donde yo trabajé a los dieciséis, tú y tus amigas iban muy seguido, me coqueteabas cuando ibas —mencionó con una sonrisa ante el recuerdo que "compartíamos"—, nos hicimos amigos muy rápido y después novios, éramos muy felices, nos amábamos mucho —sonrió—, yo todavía te amo mucho.

No respondí, sólo me limité a esbozar una pequeña sonrisa cargada de falsedad. Este tipo era un maniático, está loco por esa mujer.

—Por cierto, me gusta lo que hiciste con tu cabello aunque me gustaba más cuando lo tenías castaño pero negro se te ve igual de bien.

—Eh, gracias —respondí.

—Claro, tenías que cambiar tu imagen si no querías que te encontraran después de que escapaste pero yo, aunque te hayas hecho miles de cambios, siempre lograré reconocerte.

[...]

Ya era medio día, después de haber sabido la versión de Henry sobre lo que sucedió con el incendio me contó como era su vida con Lauren antes de que muriera, antes de que los problemas con su cabeza surgieran. Era un chico normal, con una vida feliz a lado de su novia y sus padres —según sus palabras, eran las tres personas que más amaba—. Sinceramente tenía lástima por él, solo era alguien que extrañaba a su novia... Y que le faltaban como diez tornillos en la cabeza.

También me contó lo que pasó después del incendio, las atrocidades que había cometido —incluyendo el homicidio de si psicóloga—, el plan que se había esmerado en realizas para traerme aquí y lo que sus voces le susurraban a diario, me dijo que siempre le decían que lastimara a la gente, contándome; incluso hasta que me asesinara.

El rechinar de las escaleras de madera se hizo presente, así que dejé de caminar alrededor de la habitación y me apresuré a llegar a la cama para acostarme y hacer como si estuviera dormida, segundos después, la puesta fue abierta.

—¿Lauren? —me llamó— ¿Estás despierta, cariño?

Abrí mis ojos y me estiré para liberarme del falso sueño, me senté en la cama mirándolo.

—¿Qué pasa? —fingí cansancio en mi voz.

—Hoy iré al mercado a comprar algunas cosas que hacen falta ¿Quieres que te traiga algo?

Lo pensé un momento.

—Libros y tal vez un cuaderno con un bolígrafo ¿Podría ser? —asintió.

—Claro —y entonces se acercó a mí, estampo sus labios sobre los míos causando que me sobresaltara. Quería apartarlo de mí, me causaba asco con el simple hecho de que me tocara.

Entonces, mi atención calló en la puerta: se encontraba abierta. Así que sin pensarlo, en un movimiento rápido lo tomé por los hombros y lo empuje con todas mis fuerzas hasta que cayó de espaldas a la cama sin importarme lo lastimada que se encontraba mi mano izquierda.

—¡¿Qué estás haciendo?! —y no lo pensé más, corrí fuera de la habitación cerrando la puerta detrás de mí— ¡Lauren! —escuché su llamado, rápidamente comencé a subir las escaleras, tenía demasiado miedo, al llegar a la compuerta, trate de abrirla, pero esta era pesada y con mi mano lastimada no podía empujarla.

31 Días [COMPLETADA ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora