Cierro el libro de golpe, no me puedo concentrar. Mis "padres adoptivos"con los que llevo ya dos años, han intentado ir a por mi custodia de una vez por todas, y ahora están en un juicio. Me muerdo las uñas de una mano para acabar mirando a mi "hermano", que juega tranquilamente a la play.
-Álvaro.-digo llamando su atención y acercándome a él.- No quiero que me obliguen a ir con mi padre.-admito temblorosa.
-No lo harán, te maltrata, con el no te iras.-me tranquiliza abrazándome.
-Pero...Madrid es muy grande.-me muerdo el labio.-¿Y si algún día me ve por la calle y...?
-Paula, ya, no te podrá hacer daño, en cuanto tengamos la custodia le pondremos una orden de alejamiento.
Asiento suspirando y abro el armario, estamos a principios de septiembre aún hace bastante calor. Cojo una camiseta negra de tirantes y unas mallas negras y las convino con mis viejas Airforce.
-¿A donde vas?-se interesa viendo mis intenciones.
-A dar una vuelta, estoy nerviosa y necesito tomar el aire.-me muerdo el labio.-¿Me acompañas?
-Claro.-dice obvio.- Estas que te dejo salir sola.-me hace rodar los ojos divertida.-¿Vamos en skate?
-¡Si!-gritó corriendo hacia el garaje donde están el skate de Alvaroy mi long board.-¡Vamos!
[...]
-Dios, para una vez que sales y te has ligado a medio barrio.-suelta una carcajada cerrando la puerta tras de sí. Pero justo ese tema a mi no me hace nada de gracia, después de todo lo que he pasado...no es fácil.
-Lo siento, no quería decir que...
-Tranquilo.-le sonrío levemente.- Es a mi a quien le ha tocado vivir con este cuerpo.-susurro haciéndole reír.
-¿Sabes?-sonríe mientras me mira atento.-Cuando te conocí...cuando choquemos, recuerdo que te mire a los ojos y ahí supe que eras diferente, que algo te pasaba.-sonrío.-Eres como un libro abierto o eso pareces, nunca habría pensado que todo eso te hubiera pasado a ti.-tenso la mandíbula no queriendo recordar.-Y cuando te conocí, me di cuenta de que eras totalmente increíble, de las personas que mas valen en este mundo.-vuelvo a sonreír.-Y pase lo que pase, si no conseguimos la custodia, tu siempre vas a ser mi hermanita.-se sincera y me acerco para abrazarlo muy fuerte.-¿Los has entendido?-se ríe.-Te quiero Paula.
-Y yo te lo debo todo a ti, me salvaste Alvaro.-susurro.-Te lo debo todo.- le repito haciéndole sonreír.-Y eso jamás podré agradecértelo del todo.
-Venga, vayamos ahora a la feria.-me coge de la mano.- Va, no seas una aburrida.
[...]
-¿Quieres un algodón de azúcar?- le pregunto mirando el tenderete con deseo.
-Si, me encantan.-aclara.-¿Lo compartimos?
-Claro, un algodón de azúcar grande...¿Rosa o Azul?-le pregunto.
-Rosa.
-Un algodón de azúcar grande y rosa, por favor-sonrío amable y en pocos minutos ya lo tengo en las manos.
-Cuando nos lo acabemos vamos a la Noria, se ve todo Madrid desde ahí y es increíble.
-Vale.-accedo llevándome el dulce azúcar a la boca.-¡Y luego en la montaña rusa!-me animo.-En la araña loca...
-¡Y en la casa encantada!-se ríe.-Y... en los toboganes de agua también.
-No va a haber tiempo para todo.
-Si, si lo habrá.
[....]
Llegamos a casa después de un día increíble y estoy totalmente agotada, hemos comido allí y Álvaro ha conseguido para mí un enorme oso de peluche. Pero lo más importante es que ha conseguido que me olvide de todo por un rato.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Entramos los dos al salón riendo a carcajadas al recordar a la pija que metió el tacón en el barro y se puso a gritar como una auténtica loca, pero la sonrisa se nos quita de la cara al ver como los padres de Alvaro me miran con tristeza.
¿Se supone que voy a tener que volver con mi padre? ¿A mí peor pesadilla?
