Así lo hizo, se puso en marcha nuevamente a la casa de Souchi.

Pedaleó rápido, ansioso por llegar y saber que había sucedido. La escuela no solía dar días libres ya que el trabajo de un maestro necesitaba ser constante, por ende, se preocupó. La única manera de que le den el día es por temas de salud ¿No? ¿Estaba siendo muy exagerado?

Estando frente a la casa del rubio, notó las luces encendidas a través de la cortina que filtraba levemente esta al exterior. Dejó su bicicleta en la grama del pequeño jardín con cuidado para no aplastar alguna flor y luego caminó sobre las piedrecitas que componían el caminito a la puerta.

Frente a él estaba un aro de hierro grueso el cual llevaba una bolita enganchada a este en la parte inferior. Él mismo estaba pegado a la puerta por un soporte de igual material. Tomó el aro y lo subió para luego bajarlo consiguiendo golpear la bolita con otra que llevaba la puerta pegada. Hizo ese movimiento tres veces consiguiendo un sonido similar al toque de la puerta.

Espero alrededor de quince segundos para volver a hacerlo. Espero unos diez y la puerta se abrió dejando ver a un Souichi somnoliento y de cabellos despeinados.

-¿Tetsuhiro? ¿Qué hace aquí? -Sus ojos achinados tratando de cubrirse de la luz diurna le causaron ternura al aludido.

-Discúlpeme, no quise molestarlo en su siesta. Es que fui a buscarle a la escuela y encontré a otra persona en su lugar, por lo cual creí que usted había enfermado -Contestó Tetsuhiro un poco apenado por haberlo despertado.

-No, yo estoy bien -Sus párpados terminaron de abrirse al ya haberse acostumbrado a la luz. -Hoy es mi cumpleaños así que ellos decidieron darme el día.

Tetsuhiro abrió un poco los ojos en sorpresa ¿Su cumpleaños? ¡Y él no lo sabía! ¿Cómo es que se le pasó preguntarle cuando hablaron de sus vidas? ¿¡Cómo es que estaba ahí metido el día de su cumpleaños!?

-¡Feliz cumpleaños, Senpai! -La sonrisa de Tetsuhiro se hizo presente. -¿Qué hace aquí? Debería estar divirtiéndose.

-Para mí es divertido estar en mi cama descansando, o en su defecto en el sofá leyendo –Arremango su camisa de pijama para cruzar sus brazos. –Así que si me disculpas... -Dejo las palabras en el aire pidiéndole indirectamente que se marchara.

-No no, alístese y salgamos. Aún podemos ir a desayunar juntos -Como "Pedro por su casa" Tetsuhiro le dio leves empujoncitos a Souichi metiéndolo a la casa y entrando también.

Nunca había entrado en aquella propiedad, siempre se quedaba fuera y es que Souichi tampoco le había invitado a pasar y supuso que odiaba las visitas, aun así se tomó el atrevimiento de pasar.

- ¿Qué está haciendo? No quiero salir, váyase. Y no vuelva a empujarme.

- ¡Anímese! Es su cumpleaños, Senpai, merece diversión -Insistió el hombre de menor edad, pero mayor estatura. Quería salir junto a él en ese día especial. -Esta vez invito yo ese arroz con curry que tanto le gusta -Sabia que Souichi se movía por la comida, pudo verlo en su expresión dudosa en aceptar o no.

Al final lo hizo, aceptó a regañadientes. Luego de advertirle no tocar sus cosas y esperarlo ahí, Souichi subió las escaleras para ir a su habitación y prepararse.

Mientras se daba una ducha rápida, pensó en que él no había celebrado su cumpleaños desde los diez, y es que sus padres creyeron que hacerle fiestas era algo innecesario. Tampoco es que tuviese tantos amigos, podía contarlos con los dedos y solo alzaría dos. Kurokawa era quien le suplía hoy en la escuela, era una buena persona y un gran compañero. Se conocieron cuando él empezó a dar clases y enseguida se agradaron, aunque sólo se veían en los pasillos del instituto.

R E B O R N • Koisuru BoukunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora