🦋снежный кофе🦋 2

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Volkacio (basado en un Au en el que Volkov y Horacio trabajan en una cafetería. Volkov es el dueño y Horacio el empleado.)


Parte 2

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Siguiente!- soltó la enérgica voz del de cresta a las siete y media de la mañana viendo la pequeña fila de gente adormilada que esperaba para ser atendida.

Aunque el cliente que tenía en frente de él tenía una gran y hermosa sonrisa.

-Buenos días Horacio, ¿me pones lo de siempre?- preguntó el del rostro mitad tatuado, con su bata blanca médica adornando su esbelto cuerpo.

-Por supuesto Claudio, mmmm...- el de cresta se quedó algo pensativo, mirando la cazuela metálica que contenía leche del tiempo. -¿Te caliento la leche como el otro día? ¿O lo quieres templato como siempre?.-

-Templado, como siempre.-

El pelirrojo apoyo sus codos en el mostrador, viendo como el de cresta se ponía con su pedido.

-¿Sabes? Me encanta venir aquí.-

-¿Si?- pregunta el de cresta viendo de reojo al médico, el cual asentía con la cabeza.- ¿Puedo preguntarte el porqué?.-

Una pequeña risa fue soltada por el cliente habitual de la cafetería con una sonrisa.

-La razón del porque me encanta venir creo que es por tus servicios, eres la única persona que me pregunta sobre la temperatura del café, que saluda tan animadamente a estas horas de la mañana y que me alegra el día con esa hermosa sonrisa, sin duda eres un partidazo.-

Una sonora risa fue expulsada por el de cresta mientras sacaba el tetrabrik  de leche semidesnatada del frigorífico, vertiendola sobre la taza de café puro ardiendo que acababa de salir de la cafetera. Tras servir la leche sobre el café agarró una jarrita pequeña de metal en la que tenía la leche espumada, virtiendola de forma estratégica sobre el café formando una hoja que adornaba la perfección la bebida, al terminar colocó la pequeña taza sobre su platillo de soporte junto a un sobrecillo de azúcar y una pequeña cuchara.

-Quien fuera tu pareja para despertar a tu lado.- Bromeó tomando su cartera de su bolsillo.- Es broma, pero si quieres no es broma. ¿Uno cincuenta verdad?-

Horacio río nervioso ante la broma mientras asentía con la cabeza, con el rostro algo rojo.

-Sip, uno cincuenta.-

-Pues aquí tienes príncipe.-

El tatuado le hizo entrega al moreno el dinero mientras se despedía para irse a sentar a alguna de las mesas del local.

Al paso de media hora el lugar estaba en silencio y tranquilo sin ningún cliente. Ahí fue cuando el ruso con un delantal puesto manchado por manga pastelera salía de la cocina con una expresión algo extraña que fue captada al instante por el de cresta.

-¿Qué ocurre jefe? ¿Ha pasado algo dentro? ¿Se ha roto el amasador?-

A Volkov se me formó una expresión algo molesta mientras entrecerraba los ojos.

-Horacio, ¿no me vas a decir cariño? ¿Amor? ¿Por qué no lo haces?- se quejaba con el ceño fruncido.

-Pero...tu no me dejas en horario laboral bombón- le recordó su pareja colocando una de sus manos en la mejilla del peli gris, haciendo que este relajara el ceño.

-Por que coqueteas con...¿ese?- preguntó un celoso Volkov mientras las manos de Horacio apretaban de forma suave sus mejillas, haciendo que este pusiera morritos con sus labios entreabiertos.

-Es solo un cliente cariño.- razonó Horacio con Volkov viéndolo a los ojos. -¿Te preparo tu café, mi vida?-

-Mmm...- El ruso asintió con la cabeza lentamente viéndolo.

-Venga, no estés enfadado.-

Horacio dejo un pequeño beso en esos finos y helados labios del ruso, que al momento después de recibir el beso y ser soltado de sus mejillas formó una pequeña línea con sus labios, mostrando su disgusto antes el coqueteo de hace una media hora.

-Vamos no te pongas así venga.-

Horacio comenzó a preparar el café como a su pareja le gustaba, muy cargado y con poca leche del tiempo, para que el café estuviera caliente.

Lo preparó como siempre, como para servirselo a uno de sus clientes y se lo entregó al ruso con el pequeño detalle que siempre dejaba en sus cafés.

Un dibujo de corazón.

El ruso curvó sus labios en una ligera risa antes de empezar a tomar el café lentamente, destruyendo aquel corazón que Horacio siempre le hacía con todo el cariño.

Una amplia sonrisa estaba formada en el rostro de Horacio mientras veía a su pareja, sin duda se moría de amor por él.

-Vik.-

-¿Si?-

-Te amo.-

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One shots - multishipp HoracioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora