🦋No quiero hacerle daño🦋

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Gustacio

(Spoiler: final de Marbella cambiado)

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Y ahí estaba ahora siendo apuntado por uno de los jefes de una mafia, la peor mafia que se había podido presentar en Marbella, resultaba hasta graciosa la situación, él, rogando por qué acabarán con su miserable vida después de tantos intentos de suicidio, ¿por qué simplemente no podía morir con la consciencia limpia? Por Horacio. Y, ¿Por quién quería morir? Por Horacio.

Sonaría absurdo para otras personas, pero Horacio era la respuesta a todos sus problemas y a su propia felicidad.

Vivió para él y morirá por él y su felicidad, eso lo tenía seguro desde hace unos ocho meses en los que estuvo encerrado en esa caravana, solo, viendo las antiguas fotos de su móvil en las que salía él junto a Horacio cómo Fred y Dan o otras como Tako y Wilson. Recuerdos de cuando eran pequeños abarcaban en su cabeza, incluso aún seguía el recuerdo de que su primer beso fue Horacio y parece que para Horacio su primer beso también fue Gustabo, sus primeras veces siempre fueron juntos, todo, su primera noche en una casa en condiciones, su primer trabajo, incluso cuando iban a la escuela del centro de menores en el que vivieron por tanto tiempo, todo juntos.

Ni siquiera pensaba ponerse de rodillas, morir de pie tampoco estaba tan mal, ya tendría tiempo para descansar en paz cuando muriera.

-De verdad que siento mucho esto eh...- le dijo la voz, de aquel mafioso, Toni, quien estaba preparado para dispararle en cualquier momento.

-No lo sientas, es más, gracias.- hablo con voz calmada el rubio de ojos azul cielo mirándolo fijamente.

-Espero que...encuentres la paz que buscas.-

Y cerró los ojos justo en el momento en el que el disparo sonó.

Calló de rodillas al suelo, por unos segundos se mantuvo así hasta que abrió los ojos.

Lo primero que vio fue sangre, la sangre que salpicaba el cuerpo de aquel italiano de mirada vacía y opaca, de aquel cuerpo que caía hacía atrás al haber perdido la estabilidad, de aquel que le intentó ayudar que ahora era solo un cadáver.

Levantó su mirada del cuerpo de Toni para encontrarse a Horacio, su amigo de toda la vida, sollozando con la máscara empapada bajo sus ojos mientras que el arma en sus manos temblaban de forma ligera.

-Gu-Gustabo...- murmuró en bajo, bajo el arma hasta su pistolera, donde la dejó y se acercó a paso rápido a Gustabo, colocándose de rodillas al igual que él para abrazarlo con fuerza.

-Horacio...¿qué has hecho...?- interrogó el rubio algo apagado mientras correspondía el abrazo con desgana.

-¿Y tu? ¡Casi rompes nuestra promesa! ¡¿Que querías hacerme feliz?! ¡Si hubieras muerto tu yo iba después!- aseguró aún entre sollozos sacándose la máscara para comenzar a repartir delicados besos llenos de cariño por todo el rostro de su amigo, quien de mantenía con la mirada perdida.

-Las promesas están para romperse Horacio...-

-Nuestras promesas no.- dijo de forma firme, aunque aún había algunas lágrimas recorriendo por sus mejillas. -No puedes hacerme esto a mi Gustabo...no, sabes que te quiero.-

-Bebé llorón...- llamó con pocas ganas Gustabo quien pudo así detener los besos del de cresta quien se alejó unos centímetros de su rostro para verlo. -Te amo.-

El rostro de Horacio volvió a formar un puchero a punto de volver a llorar, aunque antes de eso se apresuró a posar sus labios contra los de Gustabo, dejando un casto y rápido beso sobre estos.

Eso pareció hacer reaccionar un poco a Gustabo, quien movió de forma leve sus labios contra los de Horacio.

-No lo vuelvas a hacer, por favor...yo sé protegerme solo y se que tú no me harías daño nunca-

Aquello solo hizo que está vez fuera Gustabo quien estampada sus labios contra los del contrario formando un beso donde ambos movían los labios en un pequeño compás, siguiendo el ritmo.

Cuanto tuvieron que separarse se miraron entre sí con una dulce sonrisa de por medio de parte del pelirrojo.

-Vámonos de aquí- susurró contra los labios de Gustabo, quien asintió levemente con la cabeza, ambos se levantaron y agarrados de la mano se marcharon, dejando atrás el cuerpo desangrado del rubio italiano. -Misión cumplida.- celebró el de cresta felizmente. -Al final he hecho yo todo el trabajo eh, perro, que también me he cargado al otro, encima te he salvado la vida, ¡si es que me la he sacado!

-Ese es mi héroe-

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One shots - multishipp HoracioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora