Historias Cortas

miedo

Al principio tenia miedo, mucho miedo... Pero no sabia de que ...jamas supe de que tenia miedo.

Hasta ahora le temo a algo.

Tal vez a la negación.

O a recibir una mala respuesta que me haga sentir mal por no saber que responder o hacer contra él.

Sentir miedo siempre fue su cometido, en cada momento, en cada segundo de cada día de cada semana ... El era el culpable de todo

Él miedo me a atormento durante mucho tiempo, y lo odio.

Lo odio por que aun queriendo saber a que le temo, temo a no saber como dejar de temer, como convencerme de que el miedo no lo puedo todo.

Él miedo es una mierda que no se irá tan facil.lo sabía, lo sabía cómo si cada golpe que me dieran me dijera que el miedo era parte de mi y devia ser parte de mi.

Y aún corriendo por alejarme de ese miedo, ese maldito monstruo, me huele, el miedo que estuve acumulando por años, está logrando su cometido.

Incluso si me escondo debajo de la cama, tiene más oportunidades de encontrarme muerta que con vida.

-sal sal de dónde quiera que estés...- sus pasos horrible mente  lentos me subían la adrenalina, sus pies sucios y llenos de tierra pizaban las maderas que rechinan con cada paso que daba cada vez más serca de mi escondite.

Mi respiración se mezclaba con el viento que entraba por la ventana, su olor a alcohol se mezclaba con el olor a sangre que soltaba las heridas que me había provocado su cinturón.

Y mis ultimas fuerzas las use para salir del armario, y con toda la suerte del mundo, saltando desde la cama llegue lo suficientemente lejos para golpear su cabeza con la sartén de mamá haciendo que se fuera hacia adelante y en un descuido de el, su propio cuerpo se saliera por la ventana.

-¡MALDITA PERRA!

-las niñas también podemos ser tu peor pesadilla!- y pateandolo su tracero hizo todo el trabajo, el techo lleno de nieve hizo que su cuerpo impulsado por la patada fuera hasta abajo, y con toda la suerte del mundo su cabeza callera directo al suelo, haciendo que cada uno de sus huesos se rompieran dejándolo sin vida en la fría nieve.

Los policías llegaron, mamá estaba inconsciente, la sartén estaba llena de sangre, y mis miedos, habían echo que me convirtiera en mi propio monstruo dentro del armario.