OSCURO DESEO (+18)

CAPITULO 8

— Bueno muñeca el juego por hoy termino —. Se levantó de la cama

Se acercó a las esposas de mis manos y después a las de mis pies, acomode mi bragas y sobe mis muñecas al sentirme lastimada por las esposas.

Se inclino recogiendo su camisa y camino sin decir nada a la puerta, la abrió y salió por completo de mi habitación.

Me pase las manos por mi rostro frustrada, me sentía tonta, ingenua y sobre todo idiota.

— ¿Cómo pude caer en sus juegos? —. Esa pregunta invadió mis pensamientos

Suspire cansada, dejando aun lado mis pensamientos absurdos, me levanté de la cama mirando la ventana.

Los rayos del sol entraban calentando mi piel, cerré los ojos disfrutando del calor en mi piel.

Los abrí abrubtamente al escuchar que alguien abría la puerta, me gire un poco y me di cuenta de que era el otro chico.

Mis mejillas ardieron de vergüenza al ver cómo observaba mi cuerpo sin pena alguna.

Corrí hacia la cama, tomando entre mis manos la sábana cubriendo mi desnudes.

Sus ojos brillaron con deseo, bajo la mirada y rozando sus labios con la punta de sus dedos hablo.

— El desayuno está listo —. Levanto de nuevo la mirada

Me aferre a la sábana en mi cuerpo y con un asentamiento de cabeza, salió de la habitación sonriendo.

Relami mis labios nerviosa, camine rápidamente a la maleta y busque algo que ponerme.

Encontré un pans holgado hasta los pies, sonreí al darme cuenta de que así dejaría todo a la imaginación.

Dejé caer la sábana de mi cuerpo, y rápidamente me puse el pans.

Busque con la mirada alguna blusa, revolvi todo tratando de encontrar una.

Pero no encontré una, seguramente estaba en la otra maleta que estaba en el auto.

Encontré una sudadera, no lo pensé dos veces y me la puse.

Encontré mis zapatos, camine hacia ellos poniéndomelos.

Mire la puerta confundida, y con pasos lentos me acerque a ella, toque la manija y sentí como el frío de ella me invadió, me sorprendí al darme cuenta que abrió a la primera.

Saque mi cabeza examinando todo a mi alrededor, mire los dos lados del pasillo, pero no encontré nada.

Salí con pasos sigilosos de la habitación, la cerré detrás de mi, camine con cuidado de no hacer ruido hacia las escaleras.

Las observé, escuche sonidos en la cocina, trague saliva con miedo, baje el primer escalón.

Seguía escuchando sonidos en la cocina, baje el segundo, y con rapidez, pero sin hacer ruido baje los demás.

Saque un poco mi cabeza, observando todo para ver si estaba alguno de los dos.

Vi la televisión encendida, y la chimenea apagada.

Relami mis labios nerviosa, y con todas mis fuerzas corri hacia la puerta.

Mi mundo se derrumbó al darme cuenta de que estaba asegurada con candado.

— ¿De verdad crees que vas a poder escapar de mi? —. Escuche su voz