OSCURO DESEO (+18)

CAPITULO 2

— ¿Por dónde muñeca? —. Me miró por el espejo

— Todo derecho —. Susurré

Mis manos temblaban en mi regazo, mis labios estaban secos.

— Dame un cigarro —. Le hablo al otro chico, esculco entre sus bolsillos hasta sacar una caja de cigarros.

Lo llevo a sus labios y sin despegar su mirada de la mía lo prendió.

— ¿Fumas muñeca? —. Se dirigió a mi

— No —. Negué repetidas veces con la cabeza

Sonrío y de su boca salió el humo que se desvanecía en el viento, relamí mis labios nerviosa, mire la bolsa a mi lado.

Mis ojos se abrieron como platos al ver todo el dinero en ella.

— ¿Jamás habías visto tanto dinero verdad muñeca? —. Lo mire

Negué repetidas veces con la cabeza, cuando terminó de fumar su cigarrillo, aventó lo colilla cayendo en la carretera.

A los lejos mire la cabaña, de verdad que estaba muy escondida.

Se desvío de la carretera, para entrar por un pequeño bosque que conducía a la cabaña.

Mis ojos brillaron al verla, tenía años que no venía.

Estacionó el auto frente a ella, bajo del auto rodeándolo por detrás.

Se paró justo a lado de mi puerta, la abrió tomándome del brazo, bajandome del auto, con pasos torpes camine hasta llegar a unos pequeños escalones de la cabaña.

Trague saliva al parar en la puerta, el señalo la puerta.

— ¿Y las llaves? —. Pregunto

— En mi bolso —. Respondí

— Tráeme su bolso —. Le hablo al otro chico

El otro camino de nuevo al auto bajando mi bolso, lo abrió metiendo la mano para buscar las llaves.

Sonrío al sacar mi teléfono, me miró y tirándolo al piso lo rompió con su zapato.

Mis esperanzas de poder escapar de ellos eran casi nulas, mis lágrimas se apoderaron nuevamente de mis ojos.

Volvió a meter la mano sacando las llaves, se las lanzo al chico a lado mío, las tomo con agilidad.

Abrió la puerta, y tomandome de nuevo del brazo me metió.

— Vaya, vaya muñeca —. Hablo mirando todo a su alrededor

La cabaña estaba en medio del bosque, era muy difícil encontrarla, era de pura madera, solo era de dos pisos, la sala estaba frente a nosotros, había una enorme chimenea.

Me jalo y subiendo las escaleras vimos las tres habitaciones que la adornaban.

Abrió la primera y era un pequeño, pero acogedor baño.

Salimos y abrió la segunda, era la habitación principal.

— Está será tu habitación muñeca —. Me empujó

Entre, me di la vuelta pegando mis manos en la puerta.

— ¡Déjenme salir! —. Grite

Mis manos golpeaban con fuerza, escuche su risa desde afuera de ella.

— Si sigues gritando te coseré la boca —. Sus palabras me ocasionaron miedo

Me aleje de la puerta, camine a la cama sentándome en la esquina de ella.

Pase mis manos por mi rostro frustrada, las quite al ver los rayos del sol entrar por la ventana, me acerque a pasos rápidos a ella, la trate de abrir pero estaba atascada.

Con el tiempo que no había venido aquí, se óxido sin poderse abrir, busque con la mirada algo que me podría ayudar a abrirla, pero mi ilusión se apagó al no encontrar nada.

Camine a pasos desganados a la cama, me recosté en ella, lo único que podía hacer era esperar a que estos ladrones abrieran la puerta.