CAPITULO 3

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Abrí los ojos de golpe al sentir unas caricias en mi cabeza, me di la vuelta mirando al que me acariciaba.

— ¿Que haces aquí? —. Pregunté temerosa

— No te quería despertar muñeca —. Hablo mirándome a los ojos

Me levanté de golpe de la cama, alejándome de el.

— Si vamos a vivir juntos muñeca nos tenemos que conocer —. Sonrío con picardía

— Me llamo Damián Santoni —. Saco el pasamontañas de su rostro, me tape rápidamente los ojos, sin verlo.

— No te tapes los ojos —. Ordenó

— No —. Negué repetidas veces con la cabeza

— ¿Por qué no quieres verme? —. Pregunto confundido

— Por que si te veo el rostro tú me vas a matar o jamás me vas a dejar ir —. Explique

Escuche como su risa inundó la habitación, sentí unas manos sobre la mías, las quito con lentitud.

Lo observé tenía unos ojos color azul como el mar, una sonrisa perfecta, una cejas pobladas, unas pestañas largas, una barbilla bien definida.

— ¿Cuál es tu nombre? —. Pregunto

— Amelia Hilton —. Susurré

Sonrío y me miró con ternura, sus manos acariciaron mi rostro, me aleje de él, dándole la espalda, mirando hacia la puerta.

— ¿Cuando me van a dejar ir? —. Pregunté sin mirarlo

No escuché una respuesta de parte de el, me di media vuelta mirándolo.

— No lo se, a lo mejor cuando se calmen las cosas y podamos irnos —. Apretó levemente sus labios

— ¡Déjame ir, te juro que no le diré a nadie! —. Me acerque a el

— No puedo arriesgarme, ten paciencia si te portas bien yo no te haré nada —. Acaricio mi cabello

— Si te portas bien con nosotros y no haces estupideces, será más rápida tu escapatoria —. Sus manos acariciaron mis labios, me aleje de él mirando la luz de la luna.

— Ahora vamos a cenar muñeca —. Me tomo con delicadeza del antebrazo

— No tengo apetito —. Lo mire

— Sabes yo si tengo un hambre voraz por comerte —. Me guiñó un ojo

Fruncí el ceño confundida, me aparte de el cómo pude.

— ¿De que estás hablando? —. Pregunté mientras me alejaba

— Ay muñeca no sabes las ganas que tengo de follarte —. Sus pasos eran cada vez más cercanos a los míos

— ¿Como puedes hablar de sexo en estos momentos? —. Relami mis labios molesta

— Te puedo asegurar que puedes tener el mejor sexo de tu vida con un completo desconocido como yo —. Esbozo una sonrisa lujuriosa

— ¿Aparte de ladrón resultaste ser sexólogo? ¿Y tú tarjeta de presentación? —. Hablé con burla

— Ohh mi tarjeta de presentación te la puedo meter por el culo cuando quieras —. Respondió con un aire de arrogante, entre cortado con una pequeña sonrisa juguetona

— Que estúpido —. Susurré bajo

— Cuidado con lo que dices muñeca —. Me señalo con autoridad

— ¿O si no qué? —. Me sorprendí al ver de dónde había sacado valor para responder

Miró toda la habitación, como si la examinará y con pasos rápidos se acercó a mi.

Me tomo de las manos y las pego con fuerza a la puerta, sus piernas rosaban con las mías con tanta fuerza que no podía ni moverme.

— ¡Suéltame! —. Grite

— Shhh —. Cerro los ojos

— A este mundo venimos a sufrir, y que mejor manera de olvidarnos de todo que follando —. Abrió los ojos conectandose con los míos

Parpadé un par de veces al sentir como una de sus manos abandonaba a una de las mías, pero con astucia la tomaba con la otra, sus dedos tocaban lentamente mis clavículas.

— ¡Damián! —. Escuche la voz del otro chico

OSCURO DESEO (+18)Where stories live. Discover now