Quince.

1.9K 273 43
                                    

El sentimiento de inquietud no me estaba dejando en paz en el trayecto evitaba a toda costa que mi mente se atosigara con pensamientos de lo que pasaría conmigo y Gretel, las consecuencias de una decepción y dos corazones rotos hacían que un dolor en la garganta se presenciara.

Sentí un ligero apretón en mi cintura, mis ojos fueron a Gretel por unos segundos solo capture como ella mantenía sus párpados cerrados y una sonrisa en sus labios, disfrutando del momento.

Y lo único que pude sentir fue paz y tranquilidad con tan solo verla.

Cuando llegamos a nuestro lugar, estacione la motocicleta y apague el motor. Gretel fue la primera en bajar, como era de costumbre su cabello se había despeinado y alborotado por el aire, ya ni si quiera le tomaba importancia pero era inevitable querer reírme.

Solo que hoy no era así.

Mis manos fueron a su cabello, peinándolo y tratando de no estirarle algún mechón de este. Al terminar, ella solo me agradeció con una sonrisa.

Si estos se podían considerar mis últimos momentos a su lado, no quedaba de otra más que disfrutarlos y conservarlos.

El olor a dulce hizo presencia en mi nariz, provenía de la pequeña mochila que llevaba consigo misma.

─ ¿Qué es lo que tienes en la mochila? ─ Pregunté con curiosidad.

─ ¿Apenas lo notas? ─ Dejo salir una risita mientras retiraba la mochila de sus hombros ─ Hice unas galletas para gustar los dos y una manta, así evitaremos estar sentados en el césped, sería muy molesto además de picarnos la piel.

Iba a mover mis labios para decirle algo pero me interrumpió.

─ Y también traje dos zumos de manzana.

Me encanta.

No tengo otra palabra para describirla.

Pese al lugar en el que estábamos era bueno a Gretel no le pareció igual por lo que buscamos otro donde el lago se pudiera presenciar mejor y pronto la noche iba por aparecer, supuse que a ella le había gustado el echo de que la luna iluminaba el lago además de fascinarle el lugar.

Le ayude en acomodar la manta en el césped, me imaginaba una manta grande pero fue todo lo contrario era pequeña y se podía observar los estampados de pingüinos en esta algo infantil pero tierno.

─ No vayas a burlarte ─ Habló en un modo de sonar amenazante pero la vergüenza la delataba ─ No tenía otra manta.

─ No te preocupes ─ Dije evitando el echo de querer reírme.

Al parecer ella se dio cuenta y me saco la lengua.

Y por un instante, olvide todo lo que me agobiaba.

Las manos me temblaban, las metí en los bolsillos de mi chaqueta ocultándolas de Gretel con la ansiedad que sentía era suficiente y lo que menos deseaba es que ella se diera cuenta y se preocupara, si eso sucedía iba acobardarme en contarle

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Las manos me temblaban, las metí en los bolsillos de mi chaqueta ocultándolas de Gretel con la ansiedad que sentía era suficiente y lo que menos deseaba es que ella se diera cuenta y se preocupara, si eso sucedía iba acobardarme en contarle.

STARRY EYES | Eren Jaeger.Where stories live. Discover now