Dieciséis.

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El sonido rechinante de la motocicleta se escucho por sexta vez, Gretel había frenado causando que diese un pequeño brinco en el asiento lo cual ambos nos dio gracia pero desconocía en ella si era por vergüenza o nervios, tal vez una mezcla de ambos.

Tras contarle mi historia sobre mis problemas solo estuvo dándome ánimos en ningún momento soltó mi mano y no pude haber estado muy feliz además de agradecido que comprendiera.

Le prometí que cambiaría y lo cumpliré.

─ En cualquier momento voy a chocar ─ Habló ella un tanto nerviosa, sosteniendo el manubrio con sus manos ─ Ya no quiero.

─ Tranquila, no pasara nada ─ Dije pacíficamente estaba a su lado, sosteniendo también el manubrio con una mano ─ Aquí estoy yo.

Ella me observo con una ceja alzada.

─ Dudo que puedas salvarme de un posible accidente.

─ Buen punto ─ Musité, rascando con un dedo una de mis mejillas ─ Pero al menos lo intentaría. 

─ Tonto ─ Murmuró un poco molesta y una risita escapo de mi.

─ ¿Ya quieres dejar de intentar manejarla? ─ Pregunté.

─ ¿Estás loco? quiero seguir intentando ─ Respondió entusiasta pero con algo de miedo.

Estaba por hablar pero Gretel volvió a conducir la motocicleta pude escuchar como dejaba salir un diminuto ''oh''  sorprendido había manejado lejos de mi pero se detuvo rápidamente, no iba a mentir sentí miedo cuando hizo aquello si le llegaba a suceder algo malo, cargaría con ello toda la vida sumando el echo de que sus padres me odiarían.

─ ¿Viste eso? ─ Giró a mirarme emocionada con una sonrisa ─ ¡Pude hacerlo!

¿Cómo puede decirlo tan a la ligera? casi me saca el corazón.

Vaya chica de la que me he enamorado.

La alcance hasta donde se había detenido le ayude apagar el motor de la motocicleta, ella optó por no bajarse en cambio se acomodo en el asiento mientras que por mi parte solo me recargue sin poner todo mi peso.

─ Esta por llover ─ Dijo manteniendo su mirada hacía arriba por unos segundos y regresándola al lago.

─ Será mejor que te lleve a casa ─ Dije y una sonrisa desdeñosa apareció en mis labios al recordar algo ─ No quiero que Marcelito me regañe y golpee.

─ Lo dudo ─ Dijo entre risas pero se detuvo en hacerlo ─ No quiero volver a casa.

Ella volteó a otro lado y le mire confundido poco a poco pude notar como sus mejillas se coloreaban de un color carmesí.

─ Quiero estar contigo.

Ante lo que dijo, pase una mano por detrás de mi cuello, pude sentir mis mejillas enrojecerse también pero al igual que ella tuve que observar a otro lado.

Lo siguiente que sucedió fue a Gretel darme un beso en la mejilla y sus brazos rodear mis hombros, apegándose a mi sin ser tan brusca.

¿Así se siente estar en el cielo y ser amado a la vez?

¿Así se siente estar en el cielo y ser amado a la vez?

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STARRY EYES | Eren Jaeger.Where stories live. Discover now