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Ares le pidió a Ary que le avisara cuando despertara y así lo hizo

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Ares le pidió a Ary que le avisara cuando despertara y así lo hizo. Luego de una hora regresó a mi habitación, tocó la puerta tres veces y esta vez si respondí.

—¡Adelante! —Dije y entró. Yo estaba sentada sobre mi cama, arreglándome el cabello con los dedos.

—Vine antes, pero estabas dormida —dijo acomodándome a mi lado.

—Perdón— mis mejillas se tornaron de un color carmesí y sonrió ante aquel gesto.

—No tienes que disculparte por todo — sonrío amablemente. 

—Si, ¿perdón?— Cerré mis ojos con fuerza intentando ocultar una sonrisa, pero terminé sonriendo con timidez.

—Venía a darte una noticia— dijo cambiando el tema de golpe.

—¿Qué noticia?

—Mis padres quieren hacer una cena de bienvenida en tu honor, este viernes—Con sus labios formó una fina línea esperando una respuesta de mi parte.

No es como que tuviera muchas opciones, no podía decir que no.

—Está bien—sonreí levemente— no es necesario para ser sincera, pero si los reyes desean hacerla, aceptaré su invitación — Ares se alegró.

—Tienes todos los vestidos que desees al alcance, si no te agrada ninguno, puedes pedirme lo que sea, puedes usar estos dos días para elegir tu vestuario, Ary vendrá en un minuto para ayudarte, tengo que ocuparme de algunos asuntos, así que vendré por ti para el almuerzo— nos despedimos y en el segundo que Ares dejó la habitación una sensación extraña llenó cada rincón de mi ser, tenía la leve sospecha de que aquella cena no terminaría bien, pero no tenía la fuerza suficiente para decir que no, eran los reyes, yo era la invitada.

Ary llegó abriendo la puerta lentamente y alzó las cejas.

—¿Todo bien?

—Si, solo que no tengo ni idea de cómo comportarme en una cena, en mi vida he utilizado un vestido o tacones y no puedo decir que no, pero si, todo está bien —suspiré.

—No te preocupes, yo te ayudaré, he pasado la mitad de mi vida dentro de este castillo, hoy mi aprendizaje tomará un nuevo camino—Ambas sonreímos—¿Te parece si vemos vestidos? Si algo no te agrada o necesito arreglar algo, es mejor hacerlo a tiempo — estaba emocionada, debía admitirlo y abrir las dos puertas del armario me emocionaba aún más. Vestidos de distintos colores y tamaños, tacones, joyas, todo tan perfectamente arreglado e iluminado, todo tan irreal.

Esto parecía un sueño.

Tan hermoso para ser real.

Pero estaba ahí, frente a todos esos vestidos y me quedaba disfrutar del momento.

—Elige los que más te agraden y luego, lo reduciremos a uno solo— entre a aquel mundo de fantasía, una sonrisa se plasmó en mi rostro y gocé de cada detalle en aquella habitación, piedras preciosas, colores hermosos, vestidos bastante pesados, tacones lisos, altos y bajos, un mundo que comenzaba a gustarle. Elegí 5 vestidos, tres pares de zapatos y Ary eligió las joyas.

Saturno, el reino de leyendasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora