𝚇𝚇𝙸𝚅

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Despertamos a las seis de la mañana, el frío me abrazaba y Ares me saludó

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Despertamos a las seis de la mañana, el frío me abrazaba y Ares me saludó.

—Buenos días ¿Tienes frío?

—Un poco— dije, me entregó un suéter y me la coloqué.

—¿Por qué no te duchas? — me levanté y corrí a mi habitación y tomé un baño, el agua caliente regresó mi cuerpo a la vida y luego me coloqué una bata. Regresé con Ares y nos sentamos nuevamente en los pies de la cama.

—Sel— Ares me llamó y levanté la mirada.

—dime.

—Feliz cumpleaños. Me alegra que estés acá para poder disfrutarlo a tu lado— me abrazó y besó mis labios — y ya que ayer fue tu celebración, yo tengo algo un poco más privado para esta tarde — dijo guiñándome el ojo y dedicándome una sonrisa ladina.

—Me has felicitado dos veces y espero tu sorpresa con ansias— dije entrecerrando los ojos.

Escuchamos voces en los pasillos, el resto estaba despierto, entonces nos levantamos

—Venga, disfrutemos del día con el resto — caminamos hasta el comedor y todos estaban desayunando y hablando entre ellos.  El ambiente desarreglado, divertido y cómodo adornaba la mesa, nadie preguntó nada, yo solo me serví fruta y pan tostado sentándome al lado de Morgan.

—En mi vida había visto tanta comida — dijo la menor en voz baja.

—Algún día será una realidad para Capella, te lo prometo — todos desayunamos, nos vestimos y me dijeron feliz cumpleaños. 

Pasamos la mañana en el salón para las visitas, con ropa casual, Michelle y yo hablando entre nosotras, Ary y Morgan conociéndose, le enseñé la biblioteca, caminamos por el castillo, reíamos y nos divertíamos después de mucho tiempo, le conté lo que hacía cada día, le mostré mis libros favoritos y leímos un par de cosas juntas.

—No hemos tenido tiempo para hablar — dije— yo quiero escuchar todo lo que has hecho — nos sentamos en el suelo del pasillo apoyando mi espalda en la pared.

—Realmente ha sido la misma rutina desde que te fuiste, aunque ahora con un poco más de comida, con Alex salimos todas las tardes y me gusta estar con él, no hay mucho que contar — confesó Morgan — Capella se ve ligeramente feliz y esperanzada con Ares, algunos no quieren hacerse ilusiones.

—Me alegro de que estés feliz, espero poder visitarlos pronto y conocer a quien te robo el corazón, también me gusta que Capella esté más cómoda— la abracé y seguimos hablando. Disfrutamos la tarde como hermanas, al fin volvíamos a vernos, debíamos pasar el mayor tiempo posible juntas, antes de que Morgan se despidiera.

Estábamos llegando a las escaleras y escuchamos el grito de Ares.

—¡¿Pueden bajar?! Por favor — grito y las cuatro nos encaminamos hasta el final de las escaleras, Peter mostraba las llaves de un auto, y todos lo seguimos hasta el estacionamiento, riendo y sin saber que planeaban.

Saturno, el reino de leyendasWhere stories live. Discover now