¿Amor y Voleibol? [Kageyama x Reader]

06

Al hacer esa pregunta Kageyama cambio su cara y el ambiente se volvió más pesado. Al parecer había topado un tema muy delicado.

— S-Si no quieres hablar está bien...

— Ese apodo no tiene un buen pasado, cuando jugaba voleibol en la escuela era un niño muy engreído con mis compañeros, y hasta ahora no he cambiado en nada, puede sonar para algunos un apodo muy genial, pero cuando se enteran del verdadero significado dejan de verme con ese brillo en los ojos y se limitan hablar a mis espaldas

— Perdón... no quería obligarte a volver a tu pasado

— Tranquila, aun así espero poder dejar mi pasado a un lado, los chicos de Karasuno son buenas personas, quiero saber que tan lejos puedo llegar

— Y lo vas a lograr, vas a llegar a lo más alto que te puedas imaginar, si tienes miedo de hacerlo, no pasa nada, inténtalo con miedo pero inténtalo —levante mi pulgar y sonreí ampliamente

— G-Gracias —Kageyama sonrió

— Te parece si empezamos desde cero... —extendí mi mano— Mucho gusto mi nombre es Izumi ____

— Yo soy Kageyama Tobio —este tomo mi mano y sonrió

— ¡Genial! Ahora regresemos, no quiero que pierdas la práctica por mi culpa

— Esta bien... ¿p-podemos tomar este día solo para nosotros?

— ¿Estás seguro? —lo mire y este asintió con su cabeza— Entonces está bien, podemos tomarnos este día para nosotros, pero tengo que estar en mi casa antes de las 3 pm

— Está bien

Tobio y yo nos dirigimos a la ciudad, al llegar paseamos por las calles, observamos todos los lugares e incluso entramos a una casa de terror.

— Tobio-kun ¿acaso tienes miedo? —camine alado de él por el pasillo oscuro

— N-No... p-para nada —estaba a punto de morir de la risa, hasta que alguien nos topó la espalda, dejándonos a ambos fríos

— ¡BUUU! —tome del brazo de Tobio para salir corriendo, pero este no se movía y tenía la cara pálida. Lo jale con todas mis fuerzas y salimos del lugar

— Eso... Eso fue lo MÁXIMOOOO —grite muy energética

— N-No quiero volver a ese lugar —hablo sin ganas

— Jajaja está bien, te parece si vamos por un helado

— Claro —comencé a caminar a su lado muy contenta, de la nada nuestras manos chocaron, volviendo del ambiente algo incómodo

Me aleje un poco de Tobio para que nuestras manos no vuelvan a rozar, pero Tobio me agarro de la mano, al sentir su tacto con el mío me dejo perpleja.

Sentí como mis mejillas ardían de la vergüenza y como de la nada mis manos empezaron a sudar, provocando que me suelte del agarre de Tobio de manera brusca.

— P-Perdón, ¿fue algo atrevido?

— No... no es eso, solo que mis manos están sudadas —lo mire apenada

— No importa —lo mire sorprendida—m-me gusta mucho sentir tu tacto con el mío, creo que me gus...

— ¡Mierda! mira la hora —interrumpí a Tobio— tenía que regresar a mi casa a las 3 y son más de las 5pm, me tengo que ir

— Déjame acompañarte

— No, tranquilo así está bien —camine apresurada a la parada de autobús

— Y si te pasa algo, déjame acompañarte —lo mire confundida, pero acepte a su propuesta

Ambos subimos al autobús y nos sentamos en la parte de atrás. Durante el camino ninguno de los dos dijo una palabra, y en mi cabeza solo se repetía aquella palabra que interrumpí a Tobio

Me gustas...

Eso no puede ser posible, pero apenas nos conocemos... y yo no sé si él me gusta... osea es un chico interesante pero hasta ahí

No digas eso ____, desde el primer día que lo viste tu mirada se clavó en él

Cállate subconsciente, tú no sabes nada...

Después de esa pelea interna con mí subconsciente, Tobio y yo bajamos en la siguiente parada. Tobio camino a mi lado hasta llegar a mi casa.

— Bueno... aquí vivo jejeje —sonreí nerviosa— gracias por este día tan lindo

— ____ yo quería decirte algo —lo mire asustada— tú... tú me gus...

— Pero si es mi querida hija

Gracias al cielo

— Hola papá —lo mire aliviada

— ¿Y este muchacho? —mi papá lo miro de pies a cabeza, poniendo a Tobio muy nervioso

— ¡M-MUCHO GUSTO!

— Casi me rompes el tímpano jovencito —mi papá lo miro serio

— MIL DISCUL... Mil disculpas —solté una risita al ver como este disminuyo el tono de su voz

— ¿Cómo te llamas? —y ahí estaba mi padre de celoso

— Kageyama Tobio —mi papá abrió sus ojos al escuchar su nombre

— Eres él niño prodigio

— S-Sí —Tobio respondió apenado

— ¡Vaya! Que gusto tenerte en mi casa, vamos, vamos... pasa a tomar una taza de té —de la nada la seriedad de mi padre de esfumó y ahora se volvió más flexible.

Tobio ingreso a mi casa junto con mi padre y yo tenía miedo de lo que podía pasar. Y no dejaba de pensar en que Tobio estaba a punto de declararse y puede hacerlo uno de estos días.