THE MAZE RUNNER *imaginas*

【IᗰᗩGIᑎᗩ ᑕOᑎ ᗰIᑎᕼO】

〘Actualizado 18/Dic/2021 | 01:30 A.M.〙

Marcela

Una vez más moría de aburrimiento en el desierto, tenía que esperar junto a las otras astillas que hubiera señales del grupo A: Unos cuantos chicos que se la vivían huyendo pero que jamás había conocido. Harriet me pasó su termo del que bebí el agua suficiente para causarle una gran molestia que terminó por arrebatarme el termo de mala gana, ordenándome a rellenarlo pronto para el resto de las chicas.
Caminé hacia las camionetas, donde guardábamos un garrafón de repuesto para emergencias, saqué el agua que necesitaba tapando el termo; me quedé ahí un rato pensando en lo harta que estaba de perseguir gente sin razón alguna ya que, ni Harriet ni Sonya me habían dicho lo que estaba pasando por ser de las menores en importancia por los tatuajes del cuello. No pude evitar rodar los ojos mientras caminaba hacia la morena, le entregué el termo con una de mis fantásticas sonrisas para tomar mi posición de nueva cuenta.

—Vaya, tardaste más de la cuenta. —Le dio un sorbo largo y limpió la boquilla del termo, lanzándolo a otra de las chicas— Si hoy no aparecen, tendremos que esperarlos en la ciudad, los tomaremos por sorpresa. 

—Es un plan magnífico pero aún así no entiendo porque nos estamos arriesgando a esto en lugar de ir por el camino que indico el hombre de blanco. —Respondió una de las cocineras a lo que varias asentimos de acuerdo con ella—

—No nos conviene negarnos, la pelinegra ha asegurado el porvenir de cada una, es más, seremos quienes se queden con la cura real más pronto de lo que una astilla puede cantar. — Sonya miró al resto esperando alguna objeción de su parte pero no la obtuvo, beso la mejilla de Harriet para retomar su posición. En seguida miré a la chica que se había integrado a nuestro grupo hace unos días. La habíamos encontrado vagando cerca de las montañas de arena, medio desorientada y con las mejillas cubiertas de lágrimas— Es mejor que volvamos a nuestros puestos, no queremos que esta vez salga algo mal, haz un esfuerzo Marce. —Dijo acariciando mi mejilla mientras que yo sólo asentí intentando no boicotear sus planes de nueva cuenta—

Las chicas avanzaron a sus posiciones, tal cual lo habíamos repasado la noche anterior durante la cena. Harriet y Eva detrás de una de las camionetas, las constructoras preparaban las armas en el túnel en caso de requerirlas, la pelinegra lideraba a unas cuantas detrás de la maleza y yo estaba cerca del túnel principal para avisar cada que alguien se acercaba (incluso si teníamos suerte, no se trataba de un estúpido crank). 
Encontramos la manera de soportar los inmensos rayos de sol que nos debilitaban conforme pasaba el tiempo, me había hecho unas cuantas quemaduras que Harriet curó rápido para no tener que perder el tiempo; nos volvimos a acomodar y la cara de fastidio del resto sólo se estaba convirtiendo en una bomba que no tardaría en explotar si esas astillas no aparecían.

—No creo que este sea el camino que ha indicado aquel hombre rata, Minho... —La voz parecía lejana, por el eco del túnel. Se escuchaban pisadas constantes pero debido a los murmullos, no podía calcular de cuantos chicos se trataba—

—Eres un miertero, claro que es por aquí, no por nada soy el líder... —La risa burlona del tipo retumbó por todo el lugar y recién recordé que tenía que dar la señal. Harriet me volteó los ojos, pasó de largo hasta la pelinegra y ella le indicó que se mantuviera agachada—

El parloteo de aquellas astillas acabó. Se acercaban cada vez más a nosotras, me alejé hasta un espacio seguro, me mantuve expectante a ver sus rostros, dejando que el ruido del viento ayudará a ambientar la captura, y es que, apenas se asomó la primer figura masculina, las chicas se aglomeraron para atacarlos.
Frente a nosotras se encontraba un reducido grupo de chicos, algunos de ellos en un estado fatal y otros a escasos momentos de desplomarse. Detrás venía la pelinegra, abriéndose pasó hasta dar la cara con superioridad.