Epílogo

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El baile de graduación era un evento sumamente importante para los estudiantes de aquel instituto, ya que sería el último acontecimiento de índole escolar, antes de que pasaran a seguir sus vidas, yendo a universidades o uniéndose a la fuerza de trabajo del país.

Todos parecían estarla pasando increíblemente, pero en un rincón, sola y aburrida, cierta chica de cabellera rojiza estaba de pie, apoyada contra la pared y de brazos cruzados; estaba furiosa, pues su cita la había plantado.

—Ese estúpido, cuando lo vea se va a enterar —masculló con fastidio.

—Karin —su amiga, Sakura, se acercó a ella en lo que su novio iba al baño, al verla tan sola y claramente fastidiada, no pudo evitar preocuparse—. ¿Suigetsu no está?

La recién nombrada frunció el ceño al escuchar la mención de ese sujeto, sentía que explotaría de la ira.

—No me hables de ese estúpido, ¿quieres?

Sakura, muy sorprendida por la respuesta, parpadeó varias veces.

—¿Se volvieron a pelear?

La pelirroja no le contestó, prefería no seguir hablando o iba a asesinar a alguien, y el problema no era que la hubiesen dejado vestida y alborotada, sino que, ese tonto no le contestaba el teléfono desde esta tarde y estaba muy preocupada por él.

¿Y si le había pasado algo?

Ante ese pensamiento, no tuvo más opción que revolverse la cabellera escandalosamente, tenía que quitarse esas malas ideas de la mente y dejar de atraer a la mala suerte.

—¿Dónde está Sasuke? Creí que estabas con él —comentó, tratando de calmarse un poco.

—Ah, Sasuke-kun fue al baño —respondió la Haruno—. ¿Ya te sientes de mejor humor para hablar? —cuestionó, arqueando una ceja—. Como sea, ¿por qué no vamos a bailar?

Karin suspiró —Sí, vamos.

Las dos chicas se adentraron hacia la pista de baile, ambas empezaron a danzar animadas, aunque Karin no dejaba de pensar en su novio. Llevaban ya un par de semanas juntos, no es que discutieran todo el tiempo, pero no eran para nada una pareja amorosa como las que formaban sus amigos; Naruto y Hinata se la pasaban de melosos todo el tiempo, Ino y Sai... ni qué decir de ellos, hasta Gaara y Matsuri siempre andaban derramando miel, los únicos con sentido común eran Sasuke y Sakura, que eran más reservados (sólo por Sasuke, pues la peli rosa se moría por estar con él todo el día). No es que Karin los envidiara o algo, lo que en verdad le fastidiaba era no tener las agallas para demostrarle correctamente a Suigetsu lo que sentía por él.

Ahora ya no era tan agresiva con él, por supuesto, pero no podía evitar soltarle algunas palabrotas.

¿Quizá él no había venido porque ya se cansó de ella y su comportamiento poco cariñoso?

Genial, Karin, por fin tienes un novio decente y lo espantas —pensó frustrada, porque eso era lo más natural que podía suceder, simplemente, Suigetsu se había dado cuenta de que se merecía algo más.

Mientras las chicas bailaban juntas, Sasuke se les acercó, estaba un poco sorprendido de no ver al albino por ninguna parte, se suponía que tendría que estar con Karin, ¿no?

—¿Y Suigetsu? —interrogó, ganándose una mirada de odio de parte de la chica de anteojos.

—¿Por qué todos me preguntan a mí? —contestó de mala gana.

Sasuke arqueó una ceja.

—Qué sé yo, tal vez porque eres su novia.

Karin no pudo evitar sonrojarse, era un poco vergonzoso cuando alguien más mencionaba que ellos eran novios, no le disgustaba, simplemente le daba un poco de pena.

HidrofobiaWhere stories live. Discover now