Cambio

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Nadie habló del elefante en la habitación.

Edward tenia en brazos a su hija, durmiendo apacible, la miraba emebelezado, mientras Jacob, en la otra punta del sofá lo contemplaba de la misma manera. En comparación con la otra pareja en la habitación, su relación parecía distante.

En el sofá contiguo Leah había quedado completamente dormida, no tenía idea de cuantas horas habían pasado desde la última vez que durmió. Con su cabeza apoyada en el hombro de Rosalie, inspirando su olor y escuchando la canción de cuna que comenzó a tararear al darse cuenta del soñoliento estado de Leah, no pudo evitar caer dormida. Rosalie seguía tarareando muy bajo, jugueteando con el cabello de Leah y disfrutando la sensación de calidez de tener su cuerpo así de cerca.

De cuando en cuando centraba, consternada, la mirada en su hermano. No se había atrevido a pedirle cargar a la niña. No se había atrevido a preguntarle como estaba. En ese momento deseaba tener el don de Edward, le encantaría saber que estaba pasando por su cabeza.

También pensaba, mientras esperaban a que el resto de la familia llegara, como daría las malas noticias. Se imaginaba lo destrozados que se sentirían sus padres, y Emmett... Emmett. Cada vez que el venía a su mente apartaba el pensamiento con violencia. Sabía que tenía que enfrentarlo, pero no soportaba que su mente la guiara a eso, al daño que le haría. Dejó que mente fuera en otra dirección y la llevó a Alice y Jasper, quienes no habían aparecido por ahí desde antes de... desde que comenzó el parto. Por supuesto que a Jasper le dolería, pero lo que lo que la hizo sentir mas consternada fue pensar en Alice.

Alice adoraba a Bella con el alma. Claro que tanto ella como Rosalie la habían visto como una hermana, pero para Alice ella era su mejor amiga. Rosalie llegó a creer que su hermana quería mas a Bella, y aún no descartaba esa idea, pero se sintió egoísta en ese momento por la manera en la que antes le había causado celos. Rose comenzó a admirar el rostro de Leah, buscando algo en lo que centrar su mente, y no le costó mucho que Leah fuera lo único que la ocupara. Sentía que todos esos pensamientos a cerca de su familia no harían más que poner regresar a su hermano a su desasociego, y eso era lo que ella menos quería.

En el otro sofá Jacob también pensaba en su familia, o en su manada. Miraba de reojo de tanto en tanto a Leah. Había mandado a Seth a patrullar, prefiriendo que Leah se quedara ahí, con Rosalie. Seth estuvo totalmente alegre al aceptar cumplir con su tarea. Jacob no recordaba haberla visto dormir tan tranquila, con esa débil sonrisa dibujandose en sus labios aún en sueños. Se sentía feliz por ella. Tenía lo que siempre buscó.

Recordó una conversación que tuvo con ella hace unos días. Ahora parecía tan lejana, tanto había cambiado en cuestión de horas que pocas cosas eran las que no se sentían de una época totalmente distinta y distante. En esa ocasión hablaron a cerca de imprimarse. Para Jacob ese fenómeno era una privación de la libertad -ahora que estúpida le parecía esa idea -, mientras que para Leah era un escape. Quería eso mas que nada: amar a alguien y ser amada por alguien; pertenecer a alguien y que le pertenecería; escapar del dolor y del pasado, poder ser feliz amando. Y ahora lo tenía, y si alguien le hubiese dicho a quien amaría a la Leah de esos días pasados, probablemente hubiera reído a carcajadas, o hecho una mueca de asco. Siendo sincero, el hubiera hecho lo mismo. Pero todo eso parecía distante, de otro tiempo. Ahora ambos tenían eso, amor sin ninguna otra atadura.

Alice y Jasper entraron caminando. Todos levantaron la vista para mirarlos. Alice tenía una mirada desolada, perdida, y Jasper, con gesto preocupado iba detrás de ella. Edward pudo leer todo el esfuerzo que estaba poniendo en mantener las emociones de Alice a raya; estaba evitando que se sumiera en la desolación.

Edward hurgó en la mente de su hermana, pero no encontró ahí mas que vacío y una pequeña sensación de angustia, como si se ocultara al fondo de su mente, pero estaba ahí, presente. Fuera de eso, ningún pensamiento concreto. Tampoco visión algúna.

Ruptura del equilibrio- Edward x Jacob/ Rosalie x LeahKde žijí příběhy. Začni objevovat