0020.

177 27 2
                                    

Miro su vientre que empezaba a abultarse, no iba a poder ocultarlo por más tiempo, tarde o temprano se darían cuenta de su situación y no sabía cómo explicarlo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Miro su vientre que empezaba a abultarse, no iba a poder ocultarlo por más tiempo, tarde o temprano se darían cuenta de su situación y no sabía cómo explicarlo.

Lo peor de todo es que era sumamente horrible, los ascos, los mareos, los dolores de cabeza, de espalda e incluso de pies y conforme fuera pasando tiempo sabía que se pondría peor.

Además, no saber quién era el padre sólo lo martirizaba más, nadie puede vivir normalmente sin saber quiénes lo procrearon, su hijo iba a ser muy infeliz y tampoco estaba seguro de querer saberlo, el hombre bien podría ser alguien peligroso o peor aún un hombre casado y mucho peor aún, podría quitarle al bebe.

Corrió de nuevo al baño a vomitar.

Por supuesto, la convivencia en la oficina no era buena, ver a Thomas lo molestaba, cada que lo veía siendo feliz sólo quería golpearlo, quería tomar su coche y apretar el acelerador y arrollarlo.

¿Por qué el rubio se veía tan bien mientras que él sentía que se moría día con día?

Thomas seguía con su trabajo, revisando sus acciones, ayudando a Chris en lo que fuera necesario y cada que se lo encontraba en los pasillos hacia como si no existiera.

¿Cómo si nunca hubieran compartido tantas noches juntos, tantos besos, abrazos y desayunos? ¿Cómo si no hubieran compartido diez 10 años juntos?

Y lo odiaba, odiaba que fuera feliz, que estuviera avanzando mientras él se quedaba estancado en su pasado, que se viera tan relajado y fresco.

De nuevo lo había encontrado platicando son Anton (su primo traidor) en la sala de copias.

Sonreía y hablaban sobre niños, sobre el preescolar y como los profesores eran demasiado exigentes con los niños.

—Cuando yo tenía su edad no sabía usar la calculadora y ahora ya les piden que manejen tabletas electrónicas— se expresó Anton—. Es una exageración.

—Yo opino lo mismo— estuvo de acuerdo el rubio—. Los niños deben estar jugando a las escondidas y las atrapadas, yo que sé, pero no metidos en la electrónica.

Dylan tosió para interrumpir la conversación—. Voy a usar la máquina— dijo incómodo y se movió entre los dos tratando de conectar el USB a la impresora.

Ni Anton ni Thomas le dijeron nada, tampoco hablaban entre ellos y eso sólo lograba irritarlo e irritarlo e irritarlo.

—Te ves un poco pálido, ¿estas comiendo bien?— finalmente Thomas le preguntó, odiaba que fuera tan observador y supiera muchas cosas de él.

—Estoy bien, sólo es fiebre— su corazón empezó a latir como un loco cuando Thomas puso su mano en la frente.

—No parece que tengas fiebre, ¿estás seguro de que estas bien?

"Maldita sea" porque se sentía locamente enamorado, apretó los puños y apartó su mano de un manotazo.

—No vuelvas a tocarme— le advirtió—. Y estoy mejor que nunca ahora que ya no estas.

Le dijo secamente, tomó sus impresiones y se retiró rápidamente.

TRAICIÓN  적응! ー dylmas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora