Eres un cliché

3. En efecto

Asteria

Tomé el libro de "Two badboys. One goodgirl" y busqué el nombre de la autora. Sabía que era una mujer, pero no esperaba que sea una tan adulta.

"CJ CLARK autora inglesa conocida por sus innumerables libros de romance y drama a no más poder. Al día de hoy con sus cincuenta y un años ha dejado de escribir, o al menos de publicarlo, aún así es activa en redes y siempre dialoga con sus lectores".

Un fuerte resoplido por parte de Brendan chocó contra mi oreja, nos encontrábamos leyendo desde mi computadora. Yo sentada frente a esta y él detrás de mí, observando a medias.

—¿No hay nada más? ¿Dónde vive? ¿Su número telefónico? —cuestionó él, pero tuve que negar con la cabeza en respuesta.

Seguí buscando y... di con sus redes sociales, o bueno, con su instagram.

Tenía una foto de perfil de ella, quise creer y su biografía decía:

"Writer. I love cats. Coffe, please".

Y escrito con algunos emojis.

Aparentemente se llevaba bien con las redes sociales, pero eso no significaba que sería fácil contactarla. Aún así, decidí enviarle un mensaje.

"Hola, buenas noches, CJ. Le hablo porque... bueno, hay algo que me gustaría contarle en persona. Algo respecto a su libro "Two badboys. One goodgirl", sé que esto sonará extraño pero es URGENTE. Hay alguien que quiere verla. Espero su respuesta. Atte. Asteria Jones".

—Suenas a psicópata acosadora —refunfuñó Brendan, mientras se recostaba en la silla libre.

—Joder, que pesado —bufé—. ¿Qué prefieres que le diga? Oye, mira. De casualidad hay un tipo en mi casa que atropellé con anterioridad y dice haber salido de su libro. ¿Qué hacemos? ¿Jalas a devolverlo? —mascullé con voz chillona.

—Eres una inepta —refunfuñó él—. Ni siquiera sé si deberíamos escribirle, mira si no nos cree.

—Bueno, pues quedaré como una loca.

—No quedas, ya eres. Puta loca.

—Estás comenzando a fastidiarme demasiado —aseguré molesta, mientras me ponía de pie y oía mi estómago rugir. Tenía hambre, así que me dirigí a la cocina y lo dejé a solas en la pequeña sala de mi departamento.

Seguía sin ser capaz de asimilar lo irreal que era esa situación.

Para empezar, lo había atropellado.

Y luego... luego toda esa teoría de la grieta.

¿Qué demonios con él?

Comencé a cortar el pan para hacer algunos sándwiches.

¿Qué tan probable era que él sí sea Brendan y sí haya salido de una grieta?

¿Qué tan probable era que... exista un mundo paralelo al mío y este sea el ficticio?

—Asteria —dijo de manera áspera, me sorprendí que me llamase por mi nombre—. ¿Me dejas ir al baño?

—No.

—Por favor, Asteria. Ya no aguanto. Recuerda que me jodiste el brazo y me estoy aguantando el dolor...

—Oh, mierda. ¡Olvidé por completo tu brazo! —exclamé, dejando los sándwich aparte y tomando a Brendan por el brazo sano mientras lo guiaba al baño—. Quítate la chaqueta y la sudadera, déjame ver cómo está tu brazo.