SIETE

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La tan esperada cita era hoy, estaba muy indecisa por que ropa ponerme.

¿Algo formal? ¿Algo fiestero? ¿O algo callejero?

No sabía, pero posiblemente no debía exagerar tanto este tema, tal vez solo... debía elegir cualquier cosa.


(...)


— ¡Rosé! ¡Ayúdame! —

-—Wow, Jennie, hola a ti también. — Dijo atravesando la entrada y entrar a mi casa. — ¿Por qué me llamaste de repente?

Estaba algo dudosa de pedírselo o no ya que nadie podía impedirle no contárselo a las demás.

Entre cerré mis ojos con sospecha y ella se dio cuenta.

— De acuerdo, no se lo diré a nadie. — Levantó sus manos dejándolas a simple vista. — Lo prometo.

— Bien... - Dejando las sospechas de lado, tomé su mano llevándola a mis dormitorio. — Necesito que me ayudes en elegir ropa.

— ¿Qué? ¿Vas a salir? — Preguntó confundida. — Pero si a ti no te gusta eso ¿O si?

— No es que me apasione salir a tomar y bailar con quien sabe quien, pero hoy es un caso especial y no es nada de fiestas o algo parecido.

— Entonces, ¿Qué es?

Me sonrojé al imaginar las futuras burlas de la rubia.

— Uuy, estás sonrojada, eso significa algo especial... — Su rostro cambió de repente a uno más... ¿Perverso? Probablemente... — Ya dime, ¿Quién es? — Sentí sus dedos pinchar suavemente mi brazo con diversión. — No me digas que es ese chico del que nos hablaste hace unos días.

Abrí mis ojos por las sorpresa, no pensé que fuera a adivinarlo.

— No respondas, tu cara lo dice todo. — Al terminar de decir eso, se dirigió al grande armario y buscó por entre las ropas buscando lo que suponía que era "La ropa ideal".

Yo solo me senté esperando las elecciones ansiosamente.

La cita era a las 2:00 en la plaza central, y eran exactamente las 12:56... Aún había tiempo en realidad, pero por alguna extraña razón, tenía esa necesidad de prepararme antes de tiempo.

— Ok, mira esto.

Pude ver unos jeans bajos de la cintura combinado con un pequeño polo que dejaría ver parte del abdomen con las letras formando la palabra "Ninny", algo muy bonito la verdad, pero ¿No sería mostrar mucho? La verdad es algo incómodo ponerse algo que "No tapa todo el cuerpo" Por todas las miradas desconocidas atacándote como si fueras una presa o simplemente un bicho raro.

— Ese polo es un poco corto ¿No?

— Para nada. - Dejó la ropa a un lado dándome su máxima atención. — Quieres ser modelo ¿No es así? — Asentí algo apenada por los absurdos sueños que tenía en mente. — No te avergüences de tu cuerpo Nini, además de que tienes una forma de en sueño, estoy segura de que muchas personas te envidian por lo que tú tienes.

El ambiente era cómodo a mi parecer, el silencio era acogedor y me sentía tan bien en este lugar.

— De acuerdo. — Sonreí por los gritos de emoción de la menor. — Yo soy la que te debería dar ese tipo de charlas. — Cerré la puerta del baño después de haber entrado.

— Si, supongo que estoy madurando también. — Alzó un poco la voz para que de esa manera pudiera escucharla bien.

Al momento de cambiarme la ropa por completo, me miré en el espejo del baño queriendo ver si me quedaba bien... Pero eso solo me dio más inseguridad de salir. Se veía todo mi abdomen por lo bajo que era el Jean dejando ver la parte del ombligo y lo alto que era aquel polo. Pero Rosé tiene razón, la persona que más me debe querer en el mundo debería ser yo misma así que me esforzaría en que sea así.

Aún con la timidez presente, abrí suavemente la puerta dejando ver el vestuario que yo tenía puesto ante dos ojos marrones.

— Jennie... — El silencio que se interpuso después de que ella dijera mi nombre me hizo dudar un poco. Sin embargo lo siguiente solo me hizo sonrojar. — Él no podrá resistirse ante tus encantos, sabía que no eras de este mundo.

— N-no exageres.

— No lo estoy haciendo. — Soltó un suspiro dejándose caer en la cama mientras tapaba su rostro con sus dos manos. — ¡Qué envidia! 

«¿Envidia de qué?»

— No logro entender, lo siento.

Ella solo levantó la cabeza sin dar movimiento alguno de su cuerpo solo para poder verme mejor.

— Tu cuerpo... Es tan perfecto ¡Lo quiero! — Dijo pataleando aún echada.

Solté una risita por las ideas de mi amiga.

— Si no me equivoco, fuiste tú la que me dijiste que amara mi cuerpo, ahora ama el tuyo.

— ¿Estás dándome una lección con mis propias palabras?

— Es probable... — Dije disimulando un toque de inocencia. Acabamos riendo las dos al mismo tiempo. — ¿Qué hora es?

— 1:38

El tiempo corre en mi contra ese día.

— Mejor me voy yendo. — Agarré mis cosas y las metí en un bolsillo poniendo de forma casi innotable una polera larga negra que me encantaba usar.

Solo por si acaso, nadie sabe lo que podía pasar en esa cita.

Salí de la casa no sin antes despedirme de la hermosa rubia menor que anteriormente me hizo reflexionar de una forma muy linda.

Después de tanto caminar llegué exactamente a las 1:57 en la plaza central. Busqué con la mirada al chico, pero entre tanta gente no lograba encontrarlo. Un gran susto me causó el tacto de una mano en mi hombro haciéndome voltear rápidamente, después de ver sus ojos un ligero color rojo se posó en mis mejillas al verlo tan guapo como siempre, además la vergüenza del susto me invadía de forma incesante.

— Perdón si te asusté.

— No es nada. — Hablé intentando sacar el tema. — ¿A dónde vamos?

— Tenía en mente un restaurante que quería compartirlo contigo, pero antes de encontrarme contigo, tuve la mala suerte de ver el cartel que decía cerrado en la entrada. — Miró al piso derrotado, algo que solo me dio ternura.

— No te preocupes, conozco otro local de comida a donde podemos ir los dos juntos. — Al escuchar eso, se notó el brillo en sus ojos con toques de emoción. — ¡Vamos!

Con paso rápido, di media vuelta pensando que él me perseguía, pero al voltearme no fue así. Él me estaba viendo fijamente, sentía que toda la seguridad que había reunido que estaba esfumando de un momento a otro.

— ¿Q-qué pasa? ¿Hay algo malo?

No contestó.

Solo seguía mirándome, bueno, no me miraba a los ojos si soy más exacta.

Seguí su mirada queriendo saber que lo tenía tan helado, al notar el lugar donde sus ojos no dejaban de ver, me sentí extremadamente avergonzada, el calor en mis mejillas incrementó velozmente.




Continuará...

𝑳𝒐𝒗𝒆 𝒊𝒏 𝒕𝒉𝒆 80'𝒔 ✷ ᵀᵃᵉⁿⁿⁱᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora