❛ T w e l v e ❜

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— ­­Un estiramiento más, señoritas. -Dijo la entrenadora dirigiéndose al grupo de diez chicas en el gimnasio.

Los entrenamientos deportivos habían comenzado una vez más, Sun pertenecía al equipo de gimnasia y era una de las miembros más destacadas debido a la cantidad de premios individuales que había conseguido.

Después de la sesión de estiramiento todas tomaron posiciones en los diferentes módulos del gimnasio para comenzar con la práctica. Como siempre eran algo muy cansado entre caídas y errores al hacer los movimientos de las rutinas nuevas.

— Otra vez. -Indicó la entrenadora cuando Sun terminó la rutina en las barras asimétricas. - no se ve limpio el cambio.

— Sí. -Se dio vuelta para colocar un poco más de talco en sus manos. Estaba por comenzar de nuevo cuando escuchó a alguien llamarla.

— Profesora Lim, buscan a Sun.

La profesora volteó a ver a la pelinegra y le indicó que fuera a ver.

— No tardes, Kim.

— No lo haré.

Sun se acercó a la puerta y se encontró con Dongwon, le sorprendió verlo ahí y al parecer no fue la única ya que de inmediato se escucharon murmullos entre las chicas que estaban a sus espaldas.

— ¿Qué haces aquí? -Salió y cerró la puerta. – Te dije que yo iba a llamarte.

— Ya sé, pero quería saber de una vez a que hora podemos vernos, con todo esto de los deportes tengo dos horas más ocupadas.

— Entiendo. Hm, podemos vernos a las ocho, a esa hora ya no hay nadie de ese lado y también se cierran todos los gimnasios.

— De acuerdo, te veo más tarde.

Sun asintió y volvió a entrar al gimnasio.

✧✧✧

— Vamos a tomar algo. -Sugirió uno de los chicos en el vestidor y los demás asintieron.

— Yo no puedo. -Respondió Dongwon terminando de cerrar su mochila.

Sus compañeros se miraron entre sí extrañados por su respuesta, cuando tenían entrenamientos Dongwon siempre era el primero en decir que hicieran algo después.

— ¿Tienes planes? – Preguntó Moon Bin. Ambos llevaban el mismo deporte.

— Digamos que sí. -Respondió Dongwon.

Dicho eso se despidió y salió de los vestidores para ir a donde se vería con Sun.

Cuando llegó la vio caminando de un lado a otro aún con el uniforme puesto.

— ¿Siempre vas vestida así? – Cuestionó una vez que estuvo cerca de ella.

— Sí, no pierdo tiempo cambiándome de ropa, ahora vamos.

Guío a Dongwon por la pequeña ruta hasta el filo del muro.

— Por aquí bajaremos. – Señaló la enredadera.

— ¿Y estás segura de que vendrá?

— Ya te dije que sí, vamos.

Ambos bajaron y una vez en el bosque Dongwon se detuvo a mirar a su alrededor, parecía estar buscando algo, su reacción fue diferente a la que Sun tuvo la primera vez que estuvo ahí.

— ¿También tenías curiosidad? – Cuestionó la pelinegra.

— Ah... sí.

Siguieron caminando entre los árboles hasta alejarse del muro, Sun tomó su móvil del interior de su saco y lo utilizó para alumbrar un poco el camino.

I fell in Love with the devilWhere stories live. Discover now