13| Tu karma personal.

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Mini maratón 2/2.

Capítulo 13: Tu karma personal.

29 de marzo, 2017.

Luego de un fin de semana con una crisis existencial, un cambio de humor inestable y más desvelos, se llegó la semana de los exámenes y el ambiente que se vive en el colegio es lamentable y desalentador.

Normalmente los pasillos están llenos de estudiantes con los celulares, comiendo o charlando, pero esta semana todo eso se ha visto reemplazado por chicos que ceden ante el cansancio y se echan a dormir en el piso hasta que termine el receso, otros en cambio con un pilar de libros sobre sus regazos y no podemos olvidar los cuadernos y apuntes volando de un lado a otro.

—Creo que ya no doy para más —exclama Lely dejando ir su cabeza contra la mesa, y el sordo sonido que produce la colisión hace que me estremezca.

—¿Tu frente está bien? —pregunta Suki arrugando su ceño con preocupación.

—¿Qué importa mi frente si siento que mi cerebro está frito? —Se lamenta la castaña con la voz entrecortada.

Dejo de lado el libro de matemáticas y me incorporo un poco de mi asiento para darle leves palmaditas en su espalda. 

—Vamos, no nos desanimemos. —Intento sonar optimista—. Ya solo nos quedan dos días y terminamos esta tortura.

—Pero la mayor tortura la tenemos hoy con matemáticas —Continúa quejándose—. Ya ni siquiera puedo almorzar porque el estomago se me revuelve de solo pensar en ello.

Y realmente no miente, su comida está casi intacta. Por otro lado, Suki come con tranquilidad y luego estoy yo que he hecho casi lo mismo que Lely, pero a diferencia de ella, lo hago no por nervios sino en un intento inútil de no acumular más grasa para el evento del viernes.

—¿No comerás tu también? —La curiosa mirada de Suki va de la comida hacia mi rostro una y otra vez.

Niego con mi cabeza.

—¿Por qué?...

—Luego les contaré —Le interrumpo ofreciéndole mi comida. Con tanta cosa en mi mente lo último que se me apetece es hablarle de mis conflictos a ellas, siento que son cosas absurdas y además los exámenes son más importantes que eso.

Suki no dice nada, solo toma mi comida y empieza a devorarla con frenesí, aunque no paso por desapercibido algunas breves miradas que me lanza de reojo.

La japonesa es una chica de pocas palabras, pero muy observadora, sabe que algo no anda bien, pero si algo agradezco de ella es que siempre sabe cuando hablar con las personas y cuando no, es como que nos deja nuestro espacio y momento para que hablemos cuando estemos listas.

Creo que, en nuestro grupo de amigas, ella es la callada y la que siempre brinda buenos consejos.

Suki termina de comer y Lely parece haberse quedado dormida sobre la mesa. El comedor es un hervidero de estudiantes comiendo y estudiando al mismo tiempo que con tanto ruido no sé como pueden concentrarse. Por mi parte, siento que mi mente ya no da para más por lo que saco mi celular justo en el momento en el que recibo un mensaje.

Asher: [12:45 p.m.]

—¿Aburrida? 👀

Alzo la mirada en busca de su presencia, pero no puedo localizarlo.

[12:46 p.m.]

—Yo diría, estresada más bien. 🙄

Quédate conmigo.Where stories live. Discover now