07| El temor a la soledad.

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Capítulo 07: El temor a la soledad.

22 de febrero, 2017.

Doy vueltas y vueltas en la silla de escritorio, en mi habitación, pensando en cómo puedo hablar con mi madre con respecto a las tutorías. Y por qué no decirlo, también estoy analizando si me conviene o no aceptar el trato que Asher me ofreció.

¡Ah! Asher Kane, ¿qué tipo de chico eres?

Luego de los segundos de infarto que vivimos el sábado en el juego, el cual ganamos por puro milagro del cielo, todos celebraron. Los chicos del equipo se mostraban aliviados y se abrazaban entre sí a excepción de Asher. La mayoría se fueron corriendo como niños pequeños hacia sus padres o novias, tampoco no perdí de vista como Kian fue corriendo a abrazar a la mujer que lo apoyaba unas cuantas gradas arriba de mí. El único que se mostraba en estado de shock, era Asher y quién en lugar de correr hacia las gradas se fue hacia los vestidores.

Poco a poco el lugar fue quedando vacío, nos levantamos del lugar y a la salida del gimnasio mis amigas acordaron ir a por algo de tomar, oferta que decliné y me encaminé hacia los vestidores en busca de Asher. La sorpresa que me llevé es que no estaba solo, tampoco el lugar se encontraba en silencio como yo creía, sino que era un hervidero de discusión entre él y Kian.

—¡Qué rayos te pasa!  —gritó una voz que reconocí como la de Kian—. ¿Estás loco o qué?

Me asomé un poco usando la pared como escudo para esconderme rápido por si me pillaban, mientras veía como Asher empujaba a Kian contra la pared. Su rostro parecía el de un tomate y no sé si era porque había estado jugando o porque estaba reventando en furia. 

—¿Qué? ¿Te molesta que impida que te luzcas ante los demás? —Las venas resaltaban en su cuello marcando su mandíbula.  

—¿Lucirme? —El rostro de Kian en cambio mostraba estupefacción total, confundido ante las palabras que el chico soltaba—. ¿Estás demente? 

—No te hagas el tonto. —Sus manos se fueron directo al cuello de la camisa de Kian. Gesto que pareció molestarle pues de pasar a confusión, su ceño se arrugó y sus facciones empezaron a cambiar de manera leve.

—Eso debería decirte yo a ti imbécil —respondió Kian—. Desobedeciste las órdenes del entrenador y tu equipo, pudiste echar a perder el juego.

—Y tu descuidaste tu posición, —Contratacó— si alguien se hubiera percatado de ello, estuviéramos fritos.

—Por si no lo sabes pedazo de imbécil, analicé bien la situación antes de arriesgarme. —Sus manos fueron directo a las de Asher deteniendo la fuerza que este ejercía contra él—. Vi la oportunidad y la aproveché, a diferencia de ti que te dejas llevar por tu individualismo.

—Ni siquiera intentes atacarme con eso —Sus ojos sostenían la mirada de Kian. Y parecía como si estuviera presenciando la escena de alguna serie de boys love pues faltaba poco para que sus rostros colisionaran entre sí de lo cerca que se encontraban—. Sabías la situación en la que nos encontrábamos

—Si, y había soluciones —replicó—, pero decidiste obviarlas y hacer lo que se te venga en gana.

—No me provoques. —masculló queriendo sacudir su mano, pero Kian lo sostenía con mayor fuerza que él impidiendo que la moviera. 

—¿Yo? —Bufó—. Por favor, tú eres el que siempre pasas provocándome, sabiendo que no puedo hacerte nada por la situación en la que me encuentro. ¿Acaso fui yo el que empezó esto? —Sus ojos recorrieron de pies a cabeza a Asher arqueando una ceja—. Pues haz memoria y recuerda que no —Alzó su voz—. No me importa que me odies, ni siquiera me interesa saber los motivos, —masculló compungido—, pero solo te pido que dejes las diferencias personales a un lado cuando estamos jugando. Porque no solo me afectarás a mi si esa es tu idea, afectarás a todos. —Terminó quitando bruscamente la mano de Asher quien solo estaba estupefacto por las palabras del chico, creo que quiso reprocharle, pero Kian no le dio la oportunidad pues tomó un bolso sobre el suelo y acomodó su camiseta antes de salir de ahí dejándole con las palabras en la boca.

Quédate conmigo.Where stories live. Discover now