02| ¿Eres bobo o qué?

82 7 39
                                    

C a p í t u l o  2: ¿Eres bobo o qué?

—¡Uy! ¿Se estropeó tu chaqueta? —inquiere por lo bajo Asher colocándose a mi lado con una mirada llena de diversión reflejada en su rostro—. ¿Qué? ¿Ya no te puedes comprar otra? ¡Ah sí, lo olvidaba! Es que si lo haces probablemente te quedas sin comer.

Giro mi cabeza como la del exorcista ante sus palabras. ¡¿Pero qué le pasa?! Creo que abro ligeramente mi boca y antes de que pueda emitir alguna palabra de protesta, Kian suelta un bufido lleno de molestia llamando la atención de todos los curiosos que se están acercando poco a poco de manera discreta.

—¿No tienes algo mejor que hacer? Cada vez que hablas solo demuestras la poca inteligencia que tienes.

Un leve «uh» se escucha por todo el lugar, cosa que a Asher parece no caerle en gracia pues les dirige un breve vistazo con unos ojos amenazadores a los estudiantes que se encuentran alrededor de nosotros.

—¡Bah! Sigue parloteando lo que quieras —ríe entre dientes—. Es tu pobre manera de defenderte porque sabes que si lo intentas con los golpes te quitan la beca.

—Y que curioso que siempre tratas de enfrentarte conmigo aquí y no en la calle cuando solemos vernos —Se mantiene frío y sereno, con la cordura en su lugar como diría mi madre, aunque sus manos convertidas en puños parecen decir lo contrario—. ¿Sabes como se le llama a eso? —Da un paso acortando la distancia entre nosotros— Ser cobarde —susurra.

Aunque Asher se lleve bien con todos, aquel que le busque el lado malo sale perdiendo porque el chico tiene un fuerte temperamento y se enoja demasiado rápido, además que Kian se ha metido con su ego y para alguien arrogante como Kane es difícil dejarlo pasar por alto, y lo confirmo cuando da un paso hacia adelante quedando cara a cara, sosteniendo la mirada uno del otro sin inmutarse y con una tensión que se puede cortar en cualquier momento.

—Puedo demostrarte que no lo soy —murmura tomándolo del cuello de la camiseta y los gritos de los presentes no se hacen esperar, incluyéndome—. Si quiero podemos liarnos a golpes, pero no quiero que después me acusen de que has perdido la beca por mi —su cuello se tensa al igual que sus manos—. Aunque, ¿sabes?, sería estupendo, porque después de todo este lugar no es para gente como tú.

—¿Y dime como es la gente como yo? —espeta—. Soy humano igual que tú, estúpido clasista —La respiración de Kian va cada vez más rápida y creo que está intentando con todas sus fuerzas contenerse de lanzar el primer golpe.

Asher no se queda atrás porque su cuerpo reacciona casi de la misma manera que el de Kian y sé que si esto continua todo acabará de muy mala manera y lo peor es que por un miserable vaso de café.

—¡Suficiente! —exclamo y mi voz suena demasiado profunda al punto de asustarme. De inmediato las miradas de ambos chicos recaen en mi y yo no puedo evitar llevar mis manos hacia la garganta.

Yo no he hablado así, entonces, ¿quién?

Hay un chico de cabello rubio cenizo que sostiene a Kian por el cuello de la camisa. Es un poco más alto que él y parece molesto pues su ceño se frunce y afianza más su agarre.

Kian se gira a verlo y yo aprovecho para tomar el brazo de Asher.

—¡Koa! —musita Kian con sorpresa.

Quédate conmigo.Where stories live. Discover now