KINDER 1D

Louis Tomlinson

En la cálida casa de los Tomlinson la familia se preparaba para afrontar el día.

-Son necesarias tantas cosas ¿En serio Boo? – Johannah intentaba poner la merienda de su hijo en su mochila, pero esta estaba tan llena de cosas que no había espacio

-Mami, son necesarias – dijo Louis poniéndose sus zapatos

-Ponte medias – Johannah dijo

-No tengo, están todas sucias – dijo Louis ocultando una risa

-¿De nuevo Louis? – lo miró – si las lavé recién

Louis miró a su madre con picardía, ella solo meneó la cabeza, su hijo odiaba usar medias y las ensuciaba para no tener que ponérselas, al final solo eran medias, lo que más le importaba es que Louis siempre hacía lo que decía, desde tan pequeño sabía lo que quería

-Olvidemos las medias y pongamos en marcha, antes de que llueva

-LLUVIAA- Louis levantó sus brazos contento – AMO LA LLUVIA

-Yo también – Johannah confesó sonriendo

-Quiero galletitas – dijo Louis olvidando la lluvia

-¿Las vas a comer? - Johannah preguntó con curiosidad

-mmm..si…

-Louis…

-No…

-¿Para qué las quieres?

-Los detectives no responden preguntas – Louis dijo arrebatando un envase de galletas a su mamá – creó que Lottie te llama

Johannah se rió de la ocurrencia de su hijo y salió a buscar a Lottie que lloraba en su cuna

-Vamos pequeña, hoy es el primer día de clases de tu hermano

La pequeña Lottie dejó de llorar movió sus manitos para tocar la nariz de su mamá, quién la levantó, Louis miraba la escena, él sabía que debía proteger a su hermanita de todo, a pesar de su corta edad y de haber dejado de usar pañales hace poco tiempo el ya se creía un hombrecito hecho y derecho.

-Lou, por favor no salgas de el colegio sin la compañia de alguien - Johannah recomendó, sabía que su hijo intentaría explorar y no quería que se perdiera o le pasara algo

-Prometo no salir solo- Louis dijo levantando su mano en señal de promesa

-Ve a despedirte de la abuela que ya se nos hace tarde

Louis se dirigió a la habitación de su abuela, quien ya lo esperaba sentada en un sillón, con una sonrisa perfecta producto de su dentadura postiza, Louis creía que el dentista criaba peces y dentaduras, porque la última vez que fueron a visitarlo el dentista le dió a Louis un pez y a la abuela una dentadura y ambos debían estar en el agua.

-Boo, que tengas un lindo día, acercate niño mío - dijo la abuela extendiendo sus manos

-Adiós abuelita- el pequeño le dió un abrazo

-Ten esto, pero no se lo muestres a tu madre- la abuela sacó de entre sus cosas una pequeña cajita

Louis la abrió y se encontró con una lupa, una pipa de plástico y una libreta de notas, una sonrisa se formó en su rostro y entrecerró lo ojos mirando a la abuela

-Abuelita, esto es lindo de bonito - la abrazó

-Ve mi niño, un detective como tú no debe llegar tarde a la escuela, prométeme que encontrarás algo maravilloso y me contarás al volver

-Prometido - Louis levantó la mano, como lo hizo con su mamá y tras dar un beso a la abuela se fue escondiendo la cajita entre su chaqueta.