CAPÍTULO 29

982 90 30
                                    

—¡Vamos, _____! No te quedes ahí parada, acércate.

Miré hacia atrás extrañada antes de cerrar la puerta y aproveché para respirar hondo mientras tanto. Cuando recuperé la compostura me giré con firmeza hacia el interior de la habitación y comencé a andar hacia la mesa, intentando que mi cara fuese neutral y no mostrase que me había cogido totalmente desprevenida... y que me sentía vulnerable.

—¿Eres...?

—Glam Choi, sí. —me interrumpió sin dudarlo—. Soy más guapa en persona, ¿verdad? Bueno... —soltó una risa altanera y pasó su pelo hacia atrás del hombro con un movimiento de mano—. En realidad, siempre estoy guapa.

—¿Eres tú la que envió ese correo?

—Así es. Veo que eres una chica lista. —aquella mujer apoyó sus codos sobre la mesa mientras me miraba fijamente. Estaba tan llena de autoconfianza que a mí me estaba creando inseguridad—. Creo que es hora de que tú y yo hablemos las cosas.

—¿Qué cosas? No tengo nada que hablar contigo. —le reproché, apartando la mirada.

—¿Eso crees? Qué mona. —la mujer volvió a reírse de la misma forma que antes, aunque esta vez le añadió un toque malévolo mientras sacaba un sobre tamaño folio de su bolso, dejándolo en la mesa y apoyando las manos encima del mismo con delicadeza—. Estás siendo como un grano ahora mismo para mí, ¿lo sabías?

—¿Esto tiene que ver con Jumin y Sarah? —la miré con el ceño fruncido y la mujer me mostró una vez más una sonrisa que me afirmaba lo que estaba preguntando. Chasqueé la lengua y recogí mi bolso de la mesa con intención de marcharme, pero Glam se estiró un poco sobre la mesa y me agarró con elegancia y firmeza de la muñeca. Nos miramos durante unos segundos y hasta yo misma pensé que la tía esta era increíblemente sexy.

—Si sales ahora por esa puerta saldrás perdiendo tú más que yo. ¿Estás segura?

La miré sorprendida y algo ofendida ante aquella amenaza, pero eso no hizo que la mujer cambiase en ningún momento su expresión orgullosa y confiada. Me resigné y me solté de su agarre con brusquedad, volviendo a sentarme en la silla.

—Te doy 10 minutos. —le contesté de mala gana, sin mirarla a la cara.

La mujer volvió a reír y se apoyó en la mesa, levantándose mientras contoneaba sus caderas con sutileza al andar. Se aproximó al gran ventanal que había en aquella habitación y se quedó mirando hacia el exterior, dándome la espalda. Aunque en un principio pensé que sí, esta mujer no tenía nada que ver con Sarah. Ambas estaban igual de preocupadas por su físico, pero Sarah no le llegaba a la suela de los zapatos a Glam en inteligencia.

—Suponía que lo entendías, pero parece que no. Querida, en esta vida hay diferentes clases de gente, y cada uno debe quedarse en su lugar... —la mujer se giró hacia mí, mirándome con condescendencia—. Y _____, Jumin y tú jugáis en una liga diferente. ¿Cuándo te darás cuenta de que ese chico es demasiado para ti?

A medida que salían las palabras de su boca me llenaba más y más de furia, pero intenté mantenerme seria y que no me afectasen aquellas cosas que estaba diciendo. Respiré hondo y al escuchar su pregunta solté una risa irónica acompañada de un rodamiento de ojos. Ahora fui yo quien se apoyó sobre la mesa con los codos y colocó la cabeza sobre las palmas de las manos, burlona.

—Díselo a él, es Jumin quien me eligió sobre Sarah.

—Claro, ¿cómo no hacerlo? —la miré sorprendida ante su comentario, echándome hacia atrás en la silla y cruzándome de brazos, expectante por escuchar sus argumentos—. Jumin necesita a alguien que sea fácil de usar y tirar. Sabe que en el momento en que se case con Sarah perderá esa libertad, así que tiene que aprovechar ahora que puede manipularte. ¿Cómo no te das cuenta?

Conociendo a Jumin Han -Jumin Han x tú-Where stories live. Discover now