Conociendo a Jumin Han -Jumin Han x tú-

CAPÍTULO 27

Jumin y yo corrimos por el bosque sin mirar atrás y sin soltarnos de la mano, camuflándonos gracias a la oscuridad de la noche. Si me paro a pensar, habríamos pasado como unas veinticuatro horas desde que salí por la puerta del edificio de C&R junto a Seven y aún así, me parecía poco tiempo para todo lo que habíamos pasado. Cuando volví a despertar de entre mis pensamientos, sentí que todo, incluidos nosotros, iba a cámara lenta. No podía dejar de observar a Jumin mientras me guiaba por el bosque y se giraba de vez en cuando para asegurarse de que yo estaba bien... y en ese momento claro que lo estaba, junto a él y libres de aquel extraño lugar. ¿Qué más podía pedir?

Poco a poco, fuimos ralentizando el paso porque no podíamos correr más, recobrando el aliento mientras caminábamos en silencio, aún sorprendida de ver correr a Jumin con sus pantalones de traje y su camisa remangada.

—Me prometiste que no te pondrías en peligro más de lo necesario. —reclamó el chico ahora más tranquilo, sin haber soltado mi mano, mientras se pasaba la otra por el pelo para echarlo hacia atrás.

—Lo sé... y lo siento. Pero no podía dejarlos ahí dentro, sé que en el fondo lo sabes... —murmuré mirando hacia abajo, pasándome, ahora yo, la mano que tenía libre por mi nuca.

—Creo que eso es lo que más me gusta de ti. —dijo él rápidamente, casi en un susurro y algo avergonzado, carraspeando acto seguido, justo antes de seguir hablando—. Que nunca te rindes. Eres persistente. —sonrió levemente y miró también hacia abajo, pareciendo que se acababa de dar cuenta de que íbamos agarrados de la mano, soltándome rápidamente mientras su expresión se tornaba en una confusa, mientras fruncía el ceño, pareciendo que un pensamiento se cruzó por su cabeza—. Quiero preguntarte algo... Lo que dijiste en el ascensor... ¿estabas siendo sincera?

—¿Eh? ¿Lo que dije en... —comencé a preguntar, mostrando una expresión avergonzada al recordar lo que le había dicho en aquel ascensor y carraspeando antes de hablar, con nerviosismo mientras rascaba mi cuello, por detrás de la oreja—. Hm.. sí, claro. —respondí casi en un susurro. No obstante, viendo que el chico no escuchaba lo que había dicho, me armé de valor y le ofrecí mi respuesta lo más alto y claro posible que pude—. Creo que no he sido tan sincera en mi vida.

Y tras decir aquello el chico volvió a agarrarme, pero esta vez de las dos manos, mientras me miraba fijamente a los ojos, como si se hubiese perdido en ellos pero, aún así, podía notar gracias a sus manos que estaba nervioso. Mostré una pequeña sonrisa al ver que no decía nada y abrí levemente la boca para comenzar a hablar, pero antes de emitir algún sonido el chico comenzó a besarme como si mis labios fueran agua y él estuviera sediento. No pude evitar corresponder su beso, cerrar los ojos y dejarme llevar por él, quien paseó sus manos por mis brazos hasta rodearme por completo con ellos, sin dejar de besarme en ningún momento. Era como la primera vez que nos besamos... se mantenía el deseo pero esta vez, además, en cada uno de sus besos sentía la desesperación que había sentido al pensar que me habría pasado algo.

—_____, quiero decirte algo. —el chico acarició mi mejilla con cariño, con su frente apoyada en la mía mientras cerraba poco a poco los ojos—. Hacía tiempo que no me sentía así por nadie y sabiendo que estás segura de que sientes eso yo... quiero decírtelo. —volvió a abrir los ojos para así mirar fijamente a los míos, esperándome la siguiente frase que iba a decir—. _____, te qu-

—Espera. —interrumpí a Jumin, sonriente y hablando entre susurros como estaba haciendo él—. Prefiero que me lo digas cuando estemos fuera de este lugar y fuera de peligro... que solo estemos tú y yo y esto que sentimos. —le di un pequeño beso en los labios y volví a mostrarle una sonrisa sincera y cariñosa—. Echaba de menos tener a este Jumin frente a mí... No sabes cuánto me gusta que no tengas miedo a decir lo que sientes.