𓏲࣪ . capítulo 02 ☆

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Un astuto castañito se sujetaba fuertemente de las tiras de su pequeña mochila, observando detenidamente hacia dónde iba el grupo de personas con la palabra <<staff>> en sus polos negros.

JiSung había observado durante la mayor parte del concierto el cómo esas personas ayudaban a los artistas allá en el escenario, por lo que supuso que sabrían también la dirección exacta del alfa a quien estaba buscando.

El corazón golpeaba fuerte contra su pechito. Se sentía tan extraño como cuando era su turno en las presentaciones de la escuela. Y el problema era que ahí no estaba su lindo papi para arrullarlo en sus brazos o brindarle de esa sensación tan calmada a través de su mirada, esa que le hacía recordar a los gatitos de YongBok, su mejor amigo.

Y probablemente era mejor así, porque si su papi se enteraba...  No tenía dudas de que estaría en un gran problema, con  más de un regaño por haberse soltado de la mano de su tío Kookie y asustar a su dramático tío Jin.

¡Pero no era del todo su culpa!

Jamás esperó que la persona a la que tanto quiso ver desde hace un año atrás, estuviera frente a él. Cantando y luciendo tan increíble como siempre, con bailes que hacían gritar a todos.

JiSung solo había visto a JiMin por la televisión y periódicos, o esas revistas que su escandalosa vecina Lalisa siempre traía cuando lo cuidaba algunas veces. Ah, también aprendió a reconocerlo en las fotos que su papá Yoonie guardaba entre una de las cajitas debajo de la cama.

JiSung no quería considerarse como un niño malo al esculcar las pertenencias que no le pertenecen, sobre todo cuando su papá bonito le enseñó a tener muy buenos modales. Sin embargo, a veces la curiosidad era mucho más inmensa y grata que recordar lo correcto y lo que no, más que nada teniendo esa corta edad.

A veces el castañito se preguntaba por qué su papá veía esas fotografías con un deje de tristeza, en una faceta apacible y que muchas veces no mostraba cuando estaban con él o sus abuelos, los vecinos o sus amigos.

Su papá siempre sonreía y bromeaba con sus tíos, pero desde esa noche luego de su cumpleaños número cuatro... El infante vio el momento preciso en que su papi sacó tres fotos y las observó por un largo tiempo. JiSung simplemente se había quedado apegado a la pared, evitando ser visto mientras estudiaba el estado anímico distinto en su papi a como estuvo en su pequeña fiesta en el patio.

──Me gustaría que vieras al maravilloso hijo que tenemos, JiMin.

Esas palabras, esa frase emitida en un suave susurro lastimero caló muy en el fondo del pequeño JiSung. Quien aún sabiendo muy poco de la vida, recordaba ese momento. Y al contrario de sentirse triste, una gran sonrisa se dibujó en su rostro, emocionado de al fin saber que su otro papá era el de esas fotografías. Que su papá estaba ahí, existía al igual que en todas las demás familias que veía de sus compañeros en la guardería.

Desde esa noche, cada que podía y de forma sigilosa, sacaba la cajita de su escondite y apreciaba las imágenes, acariciando con su dedito regordete la sonrisa de sus papás en esas fotos. Se veían muy felices, él suponía que se amaban mucho hasta el día de hoy. Haciendo que una linda sensación recorriera su pequeño cuerpo.

Por supuesto que no se lo contó a nadie, para él era una información confidencial y muy, muy especial. JiSung sacó sus propias conclusiones con el paso de los días y meses. Llegando al problema de que su papá JiMin era demasiado famoso y exitoso, alguien muy ocupado que tenía que trabajar para en algún momento descansar y volver a la casa en Daegu para las vacaciones.

No obstante, en su cumpleaños número cinco y con muchas emociones a flote... Su papá JiMin nunca llegó.

Ni ahí, ni en Navidad. Mucho menos en Año Nuevo.

papá por sorpresa ✶ jimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora