🥀Te lo prometo Toni🥀

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Las prisas eran tantas, que estacionaron en la puerta del hospital.

—QUIELO A TODOS LOS PUTOS DOCTOLES ATENDIENDO A ESTE CHICO.—dijo el chino cargando al italiano. De inmediato llegó una camilla, donde se llevaron a Toni. Los doctores que estaban libres fueron a la misma sala donde metían a Toni. El asiático los seguía por detrás, al intentar entrar a la sala, un doctor lo detuvo.

—Disculpe señor Hai, pero no lo puedo dejar pasar.—exclamo el doctor mientras de ponía la mascarilla.

—Te voy a metel un puto tilo si no me dejas pasar.—dijo Hai sacando una pipa.

—Amio Hai, debemos esperrar.—dijo Igor tomando por los hombros al chino. El asiático volvió a guardas la arma en su pantalón, caminando para sentarse en una de las bancas del hospital.

Luego de unas horas uno de los doctores salió de aquella sala.

—Logramos estabilizarlo, pero se encuentra débil. Tomo demasiadas pirulas.—dijo mientras se quitaba la mascarilla.

—Haga que se lecupele.—dijo el mayor mirando directo al doctor.

—Vera señor Hai. No es tan fácil como lo dice. Una sobredosis lleva tiempo. Tenemos que desintoxicar al paciente, y aunque el señor Toni está estable, aún tiene droga en su sistema.

—Voy a levental este puto hospital como el no salga con vida, ¿escucho doctol?.—exclamo mientras se paraba para ir a donde estaba Toni.

—Lo entiendo señor Hai.—dijo el doctor aún parado al lado de la silla.

Dentro de aquella habitación, se veía a Toni canalizado en la camilla. La imagen que se presentaba ante el era dura, pues le removía la conciencia el no haberle llamado en semanas. Pues no quería hostigarlo, solo quería normalizar sus pensamientos.

—Peldoname Toni, pol no habel estado a tu lado. Estoy segulo que si hubiese estado contigo, esto no hubiese pasado.—dijo tomando la mano pálida de Toni.

—Chino...—dijo con voz entre cortada.— ¿sa...bes por... qué las av- avestruces no vuel...an?.—exclamo con dificultad.

—¿Pol que poni?.—dijo curioso el asiático.

—Po-porque ti...enes cara de...pinga.—se río, pero parecía más tos que una risa.

—Que glasioso eles poni.—exclamo con una sonrisa en el rostro.

Se escuchó a una persona correr a alta velocidad por los pasillos del hospital. La puerta de la sala se abrió de golpe.

—Shhhhh. No hagas luido Pato, se acaba de dolmil.—dijo el mayor sin girarse.

—¿Que mierda le pasó y porque estás tú aquí?.—dijo gritando bajito.

—Le dio una sobledosis. Se metió valias pilulas. Ya está estable, se mejolala plonto.—giro su cuerpo, para poder ver mejor al menor de los dos italianos.

—¿Quién lo trajo aquí?.—dijo Carlo más tranquilo.

—Lo encontle en un estacionamiento de una tienda de convivencia. Cuando vi el estado en el que estaba lo tlaje de inmediato al hospital.—dijo tranquilo.

—Gracias por traer a mi hermano.—tomo una pausa.—Pero no por esto voy a  cambiar la manera en la que te veo.

—¿Pol qué no quieles que esté con tu helmano?.—dijo con voz demandante.

—Si esto no lo mato, tu a la larga lo harás.—exclamo Carlo mirando directo al chino.

—¿A qué te lefieles pato? ¿Cómo que matalo?.—un calor comenzó a subir por su cuerpo. Si, se estaba enojando.

—Tu, te siguen muchas personas. Pero otras, otras te quiten muerto. Muchas bandas te siguen para hacerte bailar con balas. Ni todo tu dinero, ni todo tu poder podrá proteger a Toni de todo eso.

—Ya veo pato. Pelo... Yo dalia todo lo que tengo pala plotegel a Poni. Me a costado mucho tiempo ganalme su atención y ahola que lo tengo, no pienso peldelo. Voy a matal a cada pelsona que se atleba a dañal a Toni.—exclamo el chino mirando directo al menor de los Gambino.

—Y si la persona que le hiciera daño, fueras tu, ¿que harías?.—pregunto curioso.

—Me alejalia pala siemple de su vida.—respondió serio.

—Y si no lo haces, seré yo quien te mete un tiro entre ceja y ceja.—exclamo Carlo mientras caminaba asta la camilla para ver más de cerca a su hermano.—¿Dijiste que estaba bien, cierto?.—dijo mirando al chino el cual asintió con la cabeza.—Bien. Dejaré que estés con el por ahora, pero... Si se vuelve a repetir lo que pasó en el despacho, aré que te pegues un sueñito de esos donde te llevan flores.—exclamo saliendo de la sala.

—Te lo plometo, pato.—dijo en un susurro.— Y a ti poni. Te plometo cuidar de ti en todo momento. Si tengo que matal pala que estés bien, lo hale.—se acercó asta el italiano, para besar sus labios. Para su sorpresa su beso fue correspondido.

—¿De...v-erdad eso...piensas?.—dijo susurrando.

—Clalo que si poni.—beso de nuevo su frente y mejillas.—¿E'tuviste escuchando?.—toni asintió con la cabeza.— Que tlavieso eles' poni.
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Nada cachondo el día de hoy, pero si mucho amor.

Tengo ideas hot 🥵 para el próximo día, espero que les guste.

Gracias por apoyar la lectura.

Tkm diablitos. 🔥

Besossss 🥵🤙

Eres mío Poni Where stories live. Discover now