Ya no hay cristales en sus ojos

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Hoy sería un día difícil, el tiempo  también parecía llorar cuando miró por la ventana de su auto. Pensó que su decisión sería la más adecuada, se adentró en sus pensamientos; su rostro apoyado en un puño y un porte majestuoso como un hombre ganador

Pero a la vez sentía un gran rastro de arrepentimiento, su conciencia era tan pesada que siquiera su cabeza estaba de su lado

___Señor ya llegamos -- avisó su conductor

Aunque ya habían llegado faltaba mucho camino que recorrer para entrar en la casa y la llovizna afuera era molesta, dentro del auto la calefacción era muy intenso así como el frío afuera de ella. Esperó dentro del auto hasta que finalmente Levi le trajo un paraguas

___Bienvenido señor -- saludó inclinándose hacia adelante. Rhiel no habló

Caminó levemente el mayordomo Levi solo trajo un paraguas así que solo levantaba su brazo para que la lluvia no llegará a tocar el cuerpo de su señor, él por otro lado ya casi estaba empapado


De su cabello blanco  gotas de agua viajaron hasta su hombro mojando la tela en instantes, sin embargo el nunca se quejaría de nada. Lo importante era salvaguardar el cuerpo del Alpha para que no se moje

Rhiel llegó a la gigantesca entrada esperando a su viejo mayordomo que cerraba el paraguas. Un  trueno ensordecío los sentidos Rhiel observó de nuevo las grises nubes de ese día avisando que la frialdad no se detendrá, la lluvia que era leve de repente se volvió agresivo y golpeó en un  plit la cerámica delante de él

___Señor hace mucho frío ¿quiere que le prepare un café? -- preguntó el mayordomo abriendo la puerta para que él entrara. Rhiel entró en la casa donde el calor golpeo su cuerpo de manera agradable

___Levi él...

El viejo hombre a sus espaldas suspiró cautelosamente, sabía a lo que se refería así que cerró sus ojos. Total ya no había vuelta atrás para la decisión que tomó

___Él está en su habitación -- informó

Rhiel sin perder el tiempo subió las escaleras, la luz tenue en un pasillo tan largo era agobiante hasta para el. Se quedó frente a la puerta dudando en si debe entrar o no, pero si espera un poco más siente que se ahogará así que tomó valor abriendo la puerta que lo dirige a ese hombre

Sus ojos se escogieron el beta perdió demasiado peso hasta ese momento, su cuerpo totalmente inmóvil boca arriba y sus brazos a sus costados daba la sensación atribulado que su pecho no podía aguantar.

Se acercó a él, Rhiel con su dedo índice y medio tocó la frente del beta, no sabía si el frío provenía de Lión o de su propio cuerpo pero era incómodo, sus dedos deslizaron hasta que logró llegar a sus párpados. Notando por último que que esos ojos ya no serán iguales, si no que ahora ya no habría un brillo en ellos

Unos ojos sin vida. Finalmente apagó esa luz llameante que lo enfrentaba con orgullo

Parecía que por fin todo había terminado, Lión desapareció junto con esos ojos de los cuales estaba tan obsesionado por domar porén al no lograrlo decidió matarlos

Sus párpados temblaron sintiendo la ansiedad de querer abrir de nuevo esos ojos para que lo miren aunque sea una vez más, por favor que esos ojos se fijen una vez más en el. Que sean llameantes e indomables con el complemento perfecto que es su sonrisa revoltoso

___Tú tienes la culpa! No debiste intentar huir de nuevo!!! -- rugió, por ende ese cuerpo no reaccionó en lo más mínimo

Rozó las largas pestañas todavía no percibiendo si ese frío era de sus manos o de ese cuerpo inmóvil que lo ignoraba desde ahora. Frotó su rostro con ambas manos y cuando abrió sus ojos eran borrosos y ya no podía enfocar la mirada en el cuerpo de Lión

Soy rechazado por mi Omega Where stories live. Discover now