– esto que me acabas de contar lo tengo en cuenta pero por mucho que digáis necesito algo, y no porque lo diga yo, si no por que así lo decreta las leyes de este país – repitió y me levanté.

– solo estáis esperando a que aparezca en las noticias porque me han matado ¿No es así? Es ahí cuando os lamentareis y llenareis mi nombre por la televisión, pues muy bien, gracias a vosotros miles de mujeres mueren en el mundo –

Dicho eso me fui dando un portazo.

Andrea me seguía por detrás.

– Alissa espera – gritó corriendo detrás de mí.

– ¡Sabía que esto iba a salir mal! ¡No te debí hacer caso! – grité.

– esperad chicas – oí la voz del policía por detrás.

Frené en seco y me giré para verlo enojada.

– déjame ver tu documentación, veré lo que hago –

Dicho eso me acerqué y se lo ofrecí.

– déjenme también un número de teléfono –

Andrea le dió su teléfono y el policía apuntó varias cosas en una libreta.

– intenten traerme alguna prueba si queréis que esto tenga más probabilidad de hacer algo –

Asentimos y nos fuimos.

– ¿Mucho mejor? – preguntó ella.

Bufé.

– eso no quiere decir que nos hagan caso, si me alivió un poco pero no voy confiada – dije.

Empezamos a caminar sin rumbo.

– ¿Vamos a tomar un helado? –

– sabes que no llevo dinero en estos momentos –

– eso no es problema, vamos – dijo tomando mi mano.

– ¿Y si nos ven? –

– sé de una heladería escondida por la zona del apartamento –

[...]

– ¿Crees que todo saldrá bien? – le pregunté a Andrea.

Íbamos de camino a casa comiéndonos un helado.

– no creía que iba a pasar eso, pero  también me alivió el detalle de tomar tus datos –

– gracias – le di un abrazo.

En cierto modo me sentía algo mal por como pensaba de Andrea, había algo que me apartaba de ella, aún sigue siendo incómodo tratar algunos temas con ella o simplemente una acción, pero hizo por mi lo que nunca nadie hizo.

– ya vamos a casa – susurró seprandose de mi.

Asentí y caminamos con los ojos puesto en todas las esquinas de por dónde ibamos.

[...]

Cenamos poca cosa ya que el helado de la tarde nos llenó el estómago.

Estaba tumbada en la cama mientras veía el techo, pensé en como se desarrolló toda la conversación con el policía esta tarde...y, estaba algo preocupada.

Entiendo que a muchos hombres se le acusan por cosas falsas y acababan en la cárcel, eso en mi país cambió, ahora todo debe de ser presentado con pruebas. No es algo malo, pero para personas como yo supone un problema.

Deseaba tener una vida normal lo antes posible, que el demonio de mi padre se podra en la cárcel, que mi demás familia me busque y yo los ignore por ser cómplice y Asher...no sé qué decir de el, sé que me estará odiando en estos momentos porque el confío en mi y lo traicione, pero él debe de entender que esto no es vida, no iba a permitirme volver a esa jaula.

Se me hace raro sentir que lo echo de menos.

[...]

Estaba amaneciendo y otra vez será un nuevo día esperando a que suene el dichoso teléfono de Andrea.

Ella durmió hoy aquí, dijo que hoy se iría a su casa para que su familia no sospeche nada y me daba miedo estar aquí sola, podrían encontrarme en cualquier momento.

– tienes el teléfono de casa para cualquier cosa – dijo ella mostrándome un teléfono fijo negro.

– vale gracias, solo apuntame tu número en algún papel –

Eso hizo para luego coger su mochila.

– bueno, mañana a la hora de comer estaré por aquí, ya sabes, ahí hay comida de sobra, el celular...las mantas por si tienes frío –

Repasó la casa con sus ojos.

– gracias en serio – susurré sonriendo.

Me miró fijamente.

– esto es lo poco que te puedo ofrecer –

– para mí es mucho, creeme –

Sonreímos y nos abrazamos.

Cuando se alejó de mi, ella hizo que quedaramos muy cerca, este tipo de cosas me incomodaban bastante.

Se acercó más y me aleje.

– p-perdon – dijo con vergüenza.

– Andrea...no se que sientes por mí, pero creo que deberías de saber que esto no es lo mío, no te veo más que una amiga –

– si tienes razón, no sé qué me ocurre últimamente...me...siento... – se calló – mejor nada...buenas noches Alissa –

Me despedí con la mano y se fue.

[...]

Me costó algo dormir durante toda la noche, pues no estaba acostumbrada a esta casa aún.

Cogí un tazón de cereales con leche y me senté en la gran mesa con vistas al pequeño barrio.

No era un departamento muy lujoso pero era acogedor y perfecto para vivir dos personas.

De repente mis cinco sentidos se activaron cuando oí golpes en la puerta.

Andrea tiene llaves, no puede ser ella.

Me acerqué a la puerta lentamente y eran las voces de unos hombres.

Al marcharme hacia atrás ya la puerta había sido derrumbada, luego yo fui derrumbada al ver a ese hombre que tanto me hizo daño.

Lo único que pensé al agarrarme fue que hasta aquí llegó todo.

Lo que yo por tardar...tuve unos días difíciles.






MI GUARDIÁNWhere stories live. Discover now