Memorias de una Fashionista - Crónicas de una Soldado [Makoto x Junkuro]

Capitulo IX: La Sombra del Pasado (Parte 2)

Junko regresó al apartamento de Makoto tras su fatídico reencuentro con Maki Harukawa, la Asesina Definitiva y su única amiga de su pasado como huérfana y quien se convirtió en una hermana para ella por todas las dificultades y peligros que afrontaron y superaron juntas durante años en el orfanato y más tarde en las calles.

"¡Junko-chan tus brazos!" exclamó Makoto con preocupación en su voz al observar que gotas de sangre fluían y caían de ambos brazos de su novia.

"¿¡Estás bien, onee-chan!?" Preguntó preocupada Komaru tras notar que el rostro de Junko cuyo color de piel era más pálida de lo habitual, como si hubiera visto un fantasma.

"Ah... sí..." Respondió la rubia visiblemente confundida debido al ataque de Maki y la revelación de su existencia después de todos estos años de no saber nada de ella. Sin embargo, tras ver a Makoto y a su familia preocupados por ella tuvo que recomponerse y decirles que estaba bien.

"Bueno... Iba caminando por la acera de camino hacia aquí cuando un estúpido borracho en un coche que pasaba por allí lanzó una botella vacía de cerveza al suelo y tuve que protegerme la cara con los brazos de los trozos afilados que volaban hacia mí...."

"¡Le habría dado una patada en el culo si hubiera tenido la oportunidad!". La pecosa hizo todo lo posible por sonar lo más normal posible para calmar a su novio y a su hermana menor, mintiendo sobre su encuentro con una persona que resultaba ser una parte importante de su oscuro pasado que decidió ocultarles.

"Junko-chan, déjame atender esas heridas tuyas". La madre de Makoto, que sabía de primeros auxilios por su trabajo como maestra de primaria, le dijo a la novia de su hijo.

"O-ok". Ella aceptó un poco indecisa. 

Mientras la señora Naegi desinfectaba y curaba las heridas de Junko, Makoto fue a sentarse a su lado para consolarla, lo que la hizo sentirse aliviada durante unos minutos. Sin embargo, en cuanto observó sus heridas ahora limpias en ambos brazos, recordó con tristeza cómo durante su estancia en Fenrir nunca sufrió ninguna herida, ni siquiera un rasguño, a pesar de haber luchado en primera línea en los campos de batalla más peligrosos contra decenas de enemigos armados y expertos en combate. Esto la hizo sentirse aún más deprimida ya que era una de las pocas cosas de las que se sentía orgullosa de haber logrado como la Soldado Definitivo.

"Afortunadamente son cortes menores y superficiales que se curarán en unos días, cariño". La mujer de mediana edad la tranquilizó con una amable sonrisa.

"Muchas gracias, señora Naegi". Agradeció respetuosamente a la madre de su novio. Junko volvió entonces a su penthouse después de cenar y jugar videojuegos en casa de los Naegi, lo cual no pudo disfrutar debido al incidente ocurrido.

"Maki... ¿Por qué?" Se preguntaba Junko en su mente tras derrumbarse en su cama con lágrimas brotando de sus ojos recordando la conversación que tuvo con Maki hace apenas unas horas.

"Mírate... Realmente has conseguido tu sueño..." Le dijo la fría asesina a su amiga del pasado con una sonrisa sincera. "Sin embargo... te has convertido en nada más que una supermodelo vacía y superficial..." La sonrisa de la chica de cabello castaño oscuro desapareció mientras comentaba con un tono irónico sobre la apariencia y el nuevo talento de la antigua soldado que no se atrevía a mirarla a los ojos.

"Ese era tu sueño desde que nos conocimos en el orfanato... ¿no es así Junko?" Realmente nunca entendí ese tonto sueño tuyo y aún no lo entiendo". Una vez más la asesina de ojos rojos asestó un golpe psicológico a la chica visiblemente afligida.

"¡¿Qué quieres de mí?!" Inquirió Junko furiosa sintiéndose frustrada por las palabras de Maki carentes de toda emoción hacia ella.

"He sido enviada a entregarte un mensaje de parte del líder de Fenrir". Le respondió Maki a la joven mujer de enormes y abundantes coletas rosas que se quedó en silencio al escuchar el nombre de la organización de mercenarios que abandonó hace años sin previo aviso.