En la cuidad laberinto hay una historia muy común, un joven llega con grandes sueños y esperanzas, se une a una familia, se vuelve un aventurero y termina muriendo en su primer día, es algo tan típico que el que no suceda es lo raro.
Bell Cranel por...
Digo, eres demasiado rápido. No es extraño que llegaras aquí en un instante--- habló Welf casualmente.
Ante el comentario de Welf, Bell se rio levemente.
Tras culminar su batalla en el onceavo piso, Bell y Welf se sentaron a descansar mientras charlaban, Leonidas y Lili se encontraban extrayendo las piedras mágicas de los monstruos y Mordred estaba comiendo tranquilamente el desayuno que Guiverne había preparado
Como era de esperar, tener una persona con talento en la batalla hace que todo sea más fácil. Aunque confiar excesivamente en ella también es un problema--- habló Welf con una sonrisa.
Bell asintió mientras devolvía la sonrisa al pelirrojo.
Para un equipo temporal, lo hicimos bastante bien. Aunque todavía no hemos desarrollado ninguna técnica en equipo, lo hicimos muy bien atacando juntos--- habló Welf con simpleza.
Bell asintió antes de voltear a ver a la Hobbit.
Cada vez, en estos momentos, siempre siento pena por los Ayudantes--- habló Bell con una sonrisa.
Welf se rio mientras estaba de acuerdo con las palabras de Bell.
Debido a que la cantidad de monstruos que habían matado era enorme, la carga de trabajo que Lili y Leonidas tenían no era poca, pero ambos la hacían diligentemente.
Hablando de eso, la cantidad de personas parece estar aumentando, ¿Qué hacemos? ¿Cambiamos a otra ubicación?--- habló Welf mientras veía a varios equipos llegar a donde estaban.
Bell asintió mientras veía a los aventureros.
Debido a que la habitación donde estaban conectaba dos Pisos, muchas personas pasarían por ese lugar, y debido a que no poseía niebla molesta era usualmente usada como base por los aventureros.
¿O deberíamos comer aquí ahora? Después de todo, hay muchas personas aquí, no hay necesidad de preocuparse por los Monstruos--- habló Bell mientras veía casualmente la caja de almuerzo de Mordred, el peliblanco no pudo evitar sentir hambre al ver la cocina de Guiverne.
Ante las palabras de Bell, Welf asintió dándole la razón a este.
Mordred por su parte alzó su mirada mientras ofrecía su caja de almuerzo a Bell, la mirada y la acción de la rubia le recordaba a Bell a un niño cuando le muestra un dibujo a sus padres.
Con una ligera sonrisa Bell tomó una de las piezas de pollo frito de la caja de almuerzo.
Mirando a la rubia de reojo, Bell sintió un subidon de azúcar.
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Es demasiado linda-- pensó Bell mientras sus mejillas se enrojecian y su corazón latía rápidamente.
Viendo a Mordred comer y a Bell "apreciar" a la rubia, Welf con total simpleza tomó su propia caja de almuerzo y se dispuso a comer.
