Te llevaré a mi casa... Y serás mi esposa

Capitulo 3, parte 2

___________________

“Quiero que haya gente que siga a Kim, no dejes que tus ojos vayan hacia otra parte” ordenó Kamol a Kom mientras conducía a su propio almacén.

“Si” respondió Kom, respirando profundamente, Kamol tomó el automóvil para llegar al almacén, que ahora tiene un poco de fuego, pues ya todo está bajo control, los subordinados de Kamol caminaron apresuradamente hacia su maestro.

“¿Qué pasó? Explíquenme” Kamol preguntó con voz severa, el subordinado que estaba a cargo inclinó la cabeza para disculparse.

“Lo siento señor, este incidente ocurrió en el cambio de turno, fue provocado, sin embargo, pudimos atrapar a uno de los pirómanos, pero los otros dos hombres escaparon, la persona que atrapamos está en la oficina.” informaron los hombres de Kamol.

“¿Qué más pasó?”  preguntó Kamol en tono tranquilo, sus ojos brillaron con frialdad, esto es muy diferente de cuando  miraba Kim.

“El producto dañado fue de más de diez cajas, pero ninguna de las municiones explotó, porque las eparamos a tiempo” dijo nuevamente el subordinado de Kamol, Kamol guardó silencio por un momento, no pensó que nadie sería así de tonto, como para prenderle fuego a plena luz del día de esa manera.

“¿Ya se han puesto en contacto con la policía para que no interfiera en este asunto?” Kamol pregunto de nuevo.

“Ya lo hicimos” respondió el subordinado.

“Bien, iré a hablar con la persona que atrapaste” dijo Kamol antes de que sus subordinados lo llevaran apresuradamente a la oficina. Luego de ingresar a la habitación y amenazar a la persona que atrapó, y sabiendo quién es la mente maestra que los contrató para quemar el producto de Kamol, este tuvo que ir a la oficina central para convocar una reunión con sus subordinados que estaban a cargo de sus almacenes de cada área para conversar.

“Pasado mañana me voy a Corea para cuidar de los principiantes, ustedes se van a quedar a cargo de esta área, estén atentos, no quiero más problemas”, dijo Kamol en voz baja en la pequeña sala de reuniones.

“Señor, permitame ocuparme de eso yo mismo” ofreció Kom, sabiendo que el hombre que ordenó el incendio era el hijo de una figura influyente en Corea del Sur, que vino a estudiar a Tailandia y fue expulsado del bar varias veces, así que cuando se enteró de quien era el bar y confiado del prestigio de su padre, el pequeño fue a vengarse de Kamol, para una persona como él, nunca dejaría que nadie lo humillara así.

“Esta bien, ya tengo la intención de hablar sobre el trabajo con Hyun Sik Nam” respondió Kamol.  Dió las órdenes y escuchó los informes de sus subordinados en cada área antes de que terminara la reunión y por último les pidió a todos que volvieran a trabajar.

“¿A dónde vas ahora?” preguntó Kom, mirando su reloj de pulsera.

“Al principio tenia la intención de volver con Kim, pero primero me ocuparé de la tarea pendiente, porque pasado mañana me ire a Corea. Ordena a gente que siga a Kim, no lo dejes escapar, cuando vuelva a Tailandia, yo mismo llevaré a Kim a mi casa” respondió Kamol, no quería que sus subordinados trajeran a Kim, porque no quería que Kim se sintiera mal, él quería llevar a Kim a casa por sí mismo.

“¿Vas a llevar a Kim a la casa grande?” preguntó Kom con sorpresa porque nunca nadie había entrado en el techo de la casa de su amo, solo hay subordinados que viven en una casa pequeña alrededor de la principal.

“Si, ¿por qué?” preguntó Kamol.

“¿Hablas enserio?” preguntó de nuevo Kom. Kamol se apoyó en el respaldo de la silla, miró a sus subordinado cercano que estaba parado frente a él.