CAPÍTULO 9

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Me desperté acompañada de una brisa mañanera

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Me desperté acompañada de una brisa mañanera. El frío que entraba a través de mi ventana rozaba mis pequeñas piernas desnudas, y esta sensación me producía pequeños escalofríos.

Ludo aun seguía en su cama tumbada, tratando de abrir los ojos y acostumbrarlos a la tenue luz de la mañana. El polvo que flotaba por la habitación relucía pareciendo brillantina por la luz que entraba dandole un toque siniestrado y a la vez mágico.

Saqué los pies de la cama dejando caer el blanco camisón sobre mis piernas. El frío subía por ellas. 

Me vestí con el uniforme del internado, medias trasparentes, falda gris y la camisa blanca, metida por dentro de la falda. Me acerqué al tocador de mi mesita de noche y me hice una coleta alta para apartar el pelo de mi vista.

Ludo se vistió, y seguido de eso salimos al pasillo en dirección al comedor, siguiendo la fila de callados alumnos bajo sus capas negras. Al salir, solo nos fijamos en una cosa, Maggie Jonshon. Vestía igual que siempre, muy bien vestida y arreglada, se la veía limpia y recta, siguiendo la fila, apenas sin darse cuenta de que la observaba como un ave que acaba de encontrar a una presa.

Entrando en el comedor me di cuenta de que nadie me miraba, de verdad que nadie se había percatado de mi existencia, o de verdad cumplían con su promesa de olvidar lo ocurrido de anoche.

Matthew y Bruno me miraban desde la distancia, ¿Donde se supone que habían estado esta noche? Igual solamente no quisieron salir de sus camas para no alborotar más de lo que fue. O quizás si intentaron matarme y no me di cuenta.

Félix y Elle estaban sentados en sus sitios desayunando tranquilamente y sin emitir ningún sonido. Elle no me miró, sin embargo, Felix me lanzó una mirada con una sonrisa traviesa pero insonora.

Rodé los ojos e hice una mueca con un mensaje subyacente que decía; estúpido.

–Que pasaba hoy que de verdad nadie recordaba lo de esta noche. Ni siquiera una mirada discreta ni nada, es como si no hubiera pasado nada. –pensé.

–Cass, trata de disimular, se pueden leer perfectamente tus expresiones y ahora mismo se lo que estas pensando. –dice Ludo en tono de advertencia. Yo solo la miré y asentí aprobándolo.

Luka y Axel estaban entrando en el comedor y me giré para saludarlos. Me devolvieron el saludo pero apenas sin expresar nada. Que bien se le da a la gente de aquí esconder las emociones de sus rostros.

Al salir sola del comedor, una mano grande me apretó el brazo por detrás. Me estremecí de golpe y alguien me susurró por detrás:

–No te asustes, solo quiero hablar, pero no quiero que nadie nos escuche. Sígueme. –dice una voz conocida.

Me giré y estaba Bruno Caccini agarrándome de la mano.

En el punto de mira©️ (ongoing)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ