Albedo x reader - ¿Qué haces?

Start from the beginning
                                    

Cuando comenzaba a atardecer ya casi habías llegado a la falda de la montaña, sonriendo al ver a Albedo dibujar con toda la tranquilidad del mundo. Silenciosa te colocaste a su lado y dejaste los libros en el suelo un momento para estirar tu espalda.

── Hola Maestro Albedo. ── Dijiste volviendo a enderezarte, viendo el dibujo que hacía. Eras tú junto a Sacarosa, ayudándola a hablar con la gente uno de los días del festival de las flores de viento. ──  ¿Qué haces? 

──  Estudiarte. ── Respondió con calma, mirando a tus ojos con una sonrisa muy pequeñita. ── Gracias por traerlos. 

Seguiste su mirada a los libros y asentiste.

──  No es nada Maes...

──  Nada de Maestro. No soy superior, Albedo está bien, _____.

Acordaste de nuevo con la cabeza y tomaste los libros antes de dirigirte al campamento a dejarlos, haciendo una pequeña reverencia cómo despedida.

── Ten cuidado. ── Advirtió aunque ya no le oyeras, viendo como la luna se situaba en el cielo e iluminaba directamente el lienzo, dónde con una firma marcaría el dibujo cómo terminado.

── アルベド ──

── Pensaba que habías vuelto a Mondstadt.── Declaró el alquimista viéndote entre mantas, sentada al lado del fuego.

── Se hizo más tarde de lo que pensaba, hacía demasiado frío y hay monstruos y campamentos cada diez pasos.

Albedo asintió en comprensión, dirigiéndose a las llamas.

── Yo también me quedaré esta noche, así que no hay problema en que te quedes, será lo mejor, no es que me apetezca que mueras de hipotermia.

Sonriendo acomodaste la manta más fuerte a tu alrededor, tiritando por las bajas y constantes temperaturas de la montaña. Aún no te acostumbrabas, no entendías cómo Albedo se sentía tan cómodo en este clima, cuando tú, conociendo la montaña más tiempo y viviendo desde hacía más en Mondstadt, no tolerabas el frío.

── ¿Sigues con frío?

Con un gesto afirmativo, Albedo colocó los materiales que utilizaría en el suelo, a tu lado, sentándose él, a su vez, delante de estos, colocándose junto a ti, bastante cerca.

── Seguiré los experimentos aquí, así por lo menos te ayudo al mismo tiempo.

Inconscientemente, conforme iba pasando el tiempo ibas dejando caer tu cabeza en su hombro, ayudándole a hacer cosas sencillas que tu cerebro cansado pudiera procesar. Le acercabas materiales, mezclabas ciertas cosas, era cómodo. Un silencio tranquilo reinaba la montaña, solo se oían campamentos de monstruos lejanos, y el silbido del viento sobre la nieve y las hojas. En el campamento coronaba el crepitar de las llamas y los sonidos de líquidos y cristales al manipularlos en alquimia.

No hacía falta que compartierais palabras para que tú supieras lo que Albedo necesitaba, y viceversa. Para sus adentros, el alquimista se sentía orgulloso de que supieras tanto a edad tan joven, tu talento se igualaba al de Sacarosa, pero la cercanía que sentía contigo no creía sentirla con nadie más.

Ese tren de pensamiento le hizo mirarte a ti. Tu cabeza en su hombro mientras estudiabas pequeños cristalitos con ojos cansados y expresión somnolienta pero no excesivamente desesperada por dormir.

── ¿Qué haces? ── Volviste a preguntar mirando sus ojos aqua.

── Estudiarte.

Reíste y volviste a mirar los cristales, distrayéndote por los pequeños reflejos contra la luz de la hoguera.

Genshin Impact x Reader.Where stories live. Discover now