6.

2.7K 225 135
                                    


————————

CAPÍTULO SEIS
Saleba

————————

Realmente había perdido la cuenta de cuantas horas llevaba corriendo por el bosque, pero me daba igual

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Realmente había perdido la cuenta de cuantas horas llevaba corriendo por el bosque, pero me daba igual. No podía dejar de correr, saltar obstáculos y buscar con la mirada, todo al mismo tiempo. Cada metro que me alejaba de mi casa me hacía sentirme peor, más preocupada y ansiosa, por eso no podía dejar de moverme. Debía encontrarlo.

Las piernas comenzaron a picarme, signo de que llevaba demasiado tiempo corriendo. Tuve que bajar el ritmo hasta estar simplemente trotando, mientras seguía patrullando el bosque. No fue hasta que me dio una fuerte punzada en el pecho que me detuve por completo. Dejé de caminar y me llevé una mano al sitio exacto en el que me dolía.

Jadeando por el esfuerzo y el punzante, así como inesperado, dolor. Me agaché en el suelo del bosque, intentando recuperar el aliento y que aquella punzada se fuera. Pero no era dolor por el esfuerzo sino por la preocupación. No dejaba de darle vueltas al asunto, como si de una lavadora se tratase. En vez de un cerebro con neuronas, tenía una lavadora y una secadora con tambores insistentes.

"Elisabeth"

Un grito ahogado salió de mis labios. Alcé lentamente la cabeza, topándome con su sonrisa avergonzada. Aparentemente no se esperaba asustarme.

"Lo siento, cariño".

—¿Se te va a hacer costumbre? —pregunté en un jadeo, elevando una ceja e intentando no sonar sarcástica. —Lo de aparecer de la nada y casi provocarme un infarto.

"Te dije que aparecería solo cuando me necesitaras, cariño"

La punzada en el pecho seguía ahí, pero ahora era mucho más soportable. Por eso, me senté sobre mis rodillas y dejé caer la mano, todo bajo su atenta mirada. Sin romper el contacto, intenté descifrar su mirada, pero era complicado.

—¿Y bien? —insistí, ante su silencio.

"Tienes que volver a casa"

Abrí la boca, indignada, mientras la mirada con el ceño fruncido. Ella se mantuvo en la misma posición y con la misma mueca.

—Pero...

"Sin peros, cielo, ve. Lo entenderás cuando llegues"

—¿Siempre tienes que ponerte en plan trascendental? —solté, incapaz de controlar mi humor.

Esbozó una tierna sonrisa, una que yo conocía muy bien, mientras dejaba escapar una suave risita. Me guiñó un ojo y luego desapareció, exactamente de la misma manera en la que había aparecido.

SoulMate ↯ Jacob Black ✓Where stories live. Discover now