Remember | Draco Malfoy (memoria #2) ©

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Antes de comenzar, les dejo la advertencia de este capítulo:
Contiene escena de agresión sexual. Por favor, si estos temas son delicados para ti, es recomendable que no lo leas. <3

Draco

—Pasen, las bebidas y los aperitivos están por allá. —Señalé hacia el interior del apartamento.

Los invitados —que eran más de los que pensaba— fueron llegando.

La fiesta era para celebrar que la compañía de Sophie había firmado un contrato con una marca bastante importante. Por lo que la casa se me llenó de estilitas y modelos arrogantes.

—Amor, ven que te voy a presentar a mi fotógrafo. —Sophie agarró mi mano y yo conseguí cerrar la puerta antes de que me arrastrara con ella.

Caminamos hacia un pequeño grupo de cuatro personas que hablaban y reían mientras bebían de sus vasos.

Había tres chicos de mi edad junto a un hombre más mayor; calcularía que tenía unos 40 años.

—Derek —dijo la rubia.

El hombre más mayor dirigió la mirada hacia nosotros al escuchar a mi novia.

—Soph —la saludó con una sonrisa mientras le hacía señas a los chicos para que se alejasen.

—Derek, te quería presentar a mi novio. —Sonrió, enganchando su brazo al mío—. Él es Draco.

El hombre me repasó de arriba a bajo con la mirada.

—Encantado. —Extendió la mano y yo la acepté, dándonos un pequeño apretón para luego soltarnos.

—Igualmente —dije.

El hombre comenzó a hablar de sesiones de fotos y temas que me importaban entré poco y nada, entonces me alejé con un simple:

—Nos vemos luego.

Me dirigí hacia la mesa de las bebidas, y me serví un vaso de vodka. Bebí de él y me recargué sobre la mesita, repasando el salón con la mirada.

—Draco. —Sentí una palmada en la espalda y me giré.

—Blaise —lo saludé y alcé mi vaso para preguntarle—: ¿quieres?

Él negó con la cabeza y se puso junto a mi.

—No hemos hablado del tema —murmuró.

—¿De qué tema? —Le di un sorbo a mi bebida.

—Lethe —dijo tajante.

Tragué grueso y respiré hondo.

—No hay nada que decir sobre ese tema. —Intenté alejarme de él pero agarró mi brazo.

—¿Puedes dejar de huir? —siseó—. Estás jodido y lo sabes. Nunca dejaste de sentir algo por ella.

—En eso tienes razón. —Sacudí mi brazo con fuerza y me liberé de su agarré—. Aún siento algo por ella, pero no lo que tú insinúas.

Cruzó los brazos sobre su pecho y me miró con la ceja encarnada.

—Siento rabia —escupí con despecho—. Es una mentirosa que, después de 5 años, decide presentarse aquí. Además de que por su culpa perdí mi magia.

—Deja de echarle la culpa —contestó acercándose a mi—. Tú quisiste creer que aquella hechicera la reviviría.

Me quedé unos segundos mirándolo con la mandíbula apretada, para luego decir:

—Ve con Lethe si tanto la quieres y defiendes. —Señalé hacia el cuarto en el que la chica se quedaba—. A mi me puedes dejar en paz.

Repuse mi vaso y me alejé de él, caminando hacia el balcón. Abrí las puertas de este, entré y luego la cerré detrás de mi, aislándome del ruido de la gente. Me apoyé sobre la barandilla y miré el cielo negro que, ese día, carecía de estrellas brillantes.