Condenada carta. [Bakugō Katsuki x Oc]

9

Todos fueron a la sala de entrenamiento en silencio, el ambiente se había vuelto completamente tenso por la pequeña pelea que hubo en el salón.

Shiori se sentía mucho más cansada mentalmente, pero intentaba despejar su cabeza para así estar atenta en el entrenamiento.... ¿Cuántas veces más tendrían que dar apoyo? Se estaba volviendo cansador todo eso.

Eimi no podía calmarse, aunque Saori de vez en cuando le daba alguna que otra palabra de apoyo,  pero ella también se sentía molesta y no creía del todo lo que aquella mujer le había dicho.

La más joven de las Hayashi no podía soportar aquella humillación para  ella y su mejor amiga. Miró molesta a la peliceleste y se lanzó hacia ella para incrustarle el veneno de sus uñas, pero unas raíces la detuvieron.

—Ni creas que vas a tocar a Shio-chan.

Airi bastante molesta la terminó lanzando hacia la dirección contraria, Saori al ver esto no tardó en lanzarse contra la pelirosa más alta, pero ella con una amplia sonrisa esquivaba todos sus ataques.

—¿Necesitas ayuda?— Le pregunto Shiori bastante tranquila.

—Yo me encargo de darles una lección y se den cuenta que su vida fue más fácil que la nuestra.

Aizawa al ver lo que estaba sucediendo,  no lo pensó dos veces y fue a detener la pelea, pero antes de que diera dos pasos Shiori le impidió continuar avanzando.

El profesor intentó utilizar su kosei en Airi, pero este no tuvo ningún efecto en ella y si lo hacía con Eimi y Saori quedarían totalmente indefensas ante la mayor.

Airi luchaba mucho más seria que en los anteriores entrenamientos, no le gustó la idea de que su mejor amiga tuviese que mostrar su cuerpo llena de cicatrices para que ellas dos entendieran de una vez por todas el infierno que ambas tuvieron que pasar.

Eimi intentaba incrustarle sus garras a aquella mujer que posee una conexión sanguínea con ella, pero la defensa de la mayor era mucho más grande y sus movimientos se estaban volviendo más torpes que antes, ¡Y no lo entendía! Si ella posee una gran resistencia a los venenos, ya que ella los produce.

—Te diré un secreto niña.... La única forma de envenenar a una Hayashi, es que otro miembro de los Hayashi lo dañe... Y para tu desgracia por todos los experimentos a los que fui sometida, soy mucho más resistente a ese factor que tú.

Saori intentaba darle apoyo a Eimi, ya que su cuerpo se encontraba mucho más torpe por el veneno y estaba dejando muchos huecos en su defensa que son sumamente peligrosos en cualquier batalla.

—¡Detenganse en este instante o será expulsadas!

—Aizawa-sensei nosotras sabemos que no sucederá eso, después de todos los héroes también nos ven como herramientas que somos peligrosas si nos cambiamos de bando.— Shiori lo observó sin ninguna clase de brillo en sus ojos.

La peliceleste miró a su mejor amiga y a las dos pequeñas, las cuales se encontraban bastante heridas. Suspiro cansada y camino de forma lenta hacia ellas, le sorprendía que ninguno de los alumnos fuese a ayudar a sus compañeras de clase, ¿Esos serían los héroes del futuro?

Bakugō no espero más y se lanzó contra Airi para que se detuviera, antes de que la pelirosa logrará hacerle algún daño con sus raíces,  Shiori se colocó delante de él  y con una de sus manos tomó la raíz llena de espinas.

—Airi, es mejor detenerse.... Ellas no están en condiciones de seguir peleando.

Airi miró por unos segundos a las dos chicas y efectivamente ambas poseían varias heridas, pero ninguna de gravedad y sobre todo el veneno que tenía sus raíces no era muy potentes, además de que se encargaría de dejarle a Recovery Girl el antídoto necesario para que se los administrará.

—Esta bien Shiori.— Le sonrió mientras hacía desaparecer sus raíces y caminaba hacia ella para administrarle el antídoto personalmente,  aunque no lo necesitará demasiado.

—Y Bakugō... eso fue demasiado arriesgado de tu parte lanzarse de esa manera hacia Airi....

—Deseaba luchar contra ella sólo....

—Aún les falta entrenamiento.— Le sonrió por unos segundos solo por amabilidad,  pero aquella sonrisa podría  congelar cualquier corazón.

Bakugō miró hacia otro lado algo molesto, no iba a admitir que en realidad iba a detener la pelea para que las dos hermanas menores saliesen mucho más lastimadas.

—Sera mejor Aizawa-sensei que por hoy prosiga el entrenamiento sin nosotras.... Llevaremos a Eimi y Saori a la enfermería.

Las dos menos iban a replicar lo que había dicho Shiori, pero cuando ella las miró con una sonrisa y entendieron que lo mejor era guardar silencio y dejarse llevar a la enfermería.

Aizawa miró a ambas mujeres con algo de molestia, sobre todo Airi que se había excedido con la pelea y con Shiori que no permitió que el detuviese la pelea y ella no lo hizo antes.

El resto de personas presentes en la sala de entrenamiento no sabían que hacer, se movieron solamente cuando vieron como las hermanas salían y Aizawa alzaba la voz para que comenzarán con el entrenamiento.

—Creo.... que esta vez si se pasaron— habló Hanta con algo de nerviosismo en su voz.

—Por lo poco que contaron... ellas estuvieron en una profunda oscuridad y es algo imposible de imaginar.... Pero lograron salir de ella... es algo impresionante.

—¡Pero eso fue extremo!

—¡Mejor callense malditos extras! Ustedes no deben meterse y mucho menos comentar sobre eso.

Midoriya llevo su mano a su rostro,  los que se encontraban a su lado podían escuchar como murmuraba a una gran  velocidad que no permitía que le entendieran.

—¡Mejor entrenen en vez de estar hablando!— Aizawa se encontraba molesto y al escucharlo todos corrieron a entrenar.

Él debía encontrar una manera de que los corazones de las hermanas no se contaminen y decidan irse con los villanos.... Serían una gran amenaza y ellas merecen ser felices después de todo lo que han vivido.

¿Pero como podría ayudarlas a que se apoyarán mutuamente?

Al terminar el entrenamiento Midoriya fue a la enfermería para ver a sus compañeras de clase y asi ver que ellas se encontrasen bien.

Antes de tocar la puerta de la enfermería, esta se abrió permitiendo ver a la Yukimura mayor.

—Midoriya.....

Por primera vez el de cabellos verdosos podía ver una mirada avergonzada de parte de ella.

—Me gustaría poder hablar contigo.

Le habló decidido Midoriya sin dejar de verla a los ojos.

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